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Rezaremos por Ben Barek

Larbi Ben Barek fue un jugador de una calidad extraordinaria. Su habilidad, su elegancia, su dominio del balón, su regate, hacían las delicias de la hinchada rojiblanca y de los aficionados al fútbol en general en el antiguo campo Metropolitano de la capital de España.Era, por otra parte, un gran profesional y vivía exclusivamente para el fútbol. No fumaba, no ingería bebidas alcohólicas, no trasnochaba, suscitando jocosos comentarios entre nosotros por su afición a beber continuamente vasos de leche. En suma, cuidaba su forma física de forma especial.

Cuando llegó a España desde Francia tenía una edad superior a la media de la plantilla y recuerdo que no le gustaba que le preguntaran sobre este tema, saliéndose siempre. por la tangente. No llegamos a saber entonces con exactitud sus años.

Tenía bien claro que debía sacarle el máximo rendimiento económico a su etapa activa como jugador, tratando de evitar por todos los medios caer lesionado. A este respecto, cuando en el marcaje le tocaba un jugador duro o leñero, después de algún lance en el que rodaba por los suelos, al levantarse se dirigía a su oponente recriminándole su conducta y recordándole que en sus piernas estaba el pan de sus hijos.

En el vestuario del Metro-politano teníamos asignados puestos contiguos, lo que me daba ocasión de realizar con él comentarios sobre diversos temas. Era muy religioso, creyente en Dios y respetuoso y educado. A veces, antes de los partidos, se encerraba en la enfermería del estadio para realizar sus oraciones. Ahora lo haremos nosotros por él. Descanse en paz.

J. L. Pérez Payá fue presidente de la Federación Española de Fútbol y compañero suyo en el Atlético de Madrid.

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