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El destino de los ancianos líderes del bloque del Este

A los tres años del estrepitoso derrumbamiento de los regímenes comunistas del este de Europa, los ancianos dirigentes de aquellos países han corrido suertes muy diversas. Los ex mandatarios comunistas se reunieron por última vez en octubre de 1989 en Berlín para celebrar el 401 aniversario de la creación de la desaparecida República Democrática de Alemania (RDA). Desde entonces, cada uno ha afrontado de diferente manera la pérdida del poder.El ex número uno de Alemania del Este durante 18 años, Erich Honecker, acaba de ingresar en una cárcel berlinesa después de su huida a Moscú. Todor Jivkov, de 80 años, que gobernó Bulgaria durante 35 años hasta noviembre de 1989, también está encarcelado desde 1990, acusado de desviación de fondos públicos y de abuso de poder.

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Un comunista que conoció las cárceles de la Gestapo

La suerte del dictador rumano Nicolae Ceausescu fue más trágica. Él y su esposa, Helena, fueron ejecutados en 1989 por sus crímenes contra la nación rumana a lo largo de 24 años. En cambio, Gustav Husak, jefe de Estado de Checoslavaquia desde 1975, murió en su cama en 1991, a los 78 años, después de haber dimitido en 1989 tras la caída del comunismo. El dictador húngaro Janos Kadar también tuvo una muerte tranquila. Murió a los 77 años, después de 33 a la cabeza del Estado.

Los más jóvenes, el ex presidente polaco Wojciech Jaruzelski, de 69 años, y el de la URSS, Mijaíl Gorbachov, de 61, se dedican a escribir sus memorias y a dar conferencias sobre sus pasadas experiencias políticas.

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