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"Curar cueste lo que cueste es un, discurso obsoleto", según un alto cargo de Sanidad

Desde el Ministerio de Sanidad se insiste en que no habrá limitación del número de prestaciones sanitarias ni recortes en los presupuestos. Su intención es, sin embargo, restringir su uso a lo verdaderamente necesario. "Curar cueste lo que cueste es un discurso obsoleto", dijo ayer el director general de Recursos Humanos del departamento, Jesús Gutiérrez Morlote. Uno de sus intrumentos puede ser el establecimiento de protocolos sobre quién y cuándo se accede a cada tratamiento.

El establecimiento de protocolos asistenciales ha sido una demanda constante de los propios médicos. En muchos países ya están implantados especialmente para el uso de la tecnología, que en España es responsable de un tercio del incremento anual de los costes del sistema. "La elaboración de guías de procedimiento para cada tratamiento es una garantía de calidad de la asistencia sanitaria y también del ejercicio profesional, cada vez más judicializado", dijo ayer Jesús Gutiérrez Morlote durante la clausura de las jornadas sobre la reforma sanitaria en España realizadas en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. "Yo soy partidario de estos protocolos y voy a intentar que se hagan", agregó.

En su intervención Gutiérréz Morlote profundizó en los conceptos básicos del plan de empresa para la sanidad pública avanzada por el ministro José Antonio Griñán. 'Ta financiación pública yel derecho universal a una asistencia sanitaria pública no se discuten", dijo como punto de partida. En la provisión de servicios, sin embargo, se contará con el sector privado y para asegurar, la equidad, "siendo los recursos limitados" [el gasto sanitario español es inferior a la media europea], Morlote hablé de elaborar un "catálogo de prestaciones" o una "cartera de servicios". En otras palabras, una guía de las prestaciones sanitarias.

Se trata con ello de evitar "demandas no esenciales que privan a otros usuarios de atenciones más básicas", como también "el actual solapamiento entre las prestaciones sanitarias y prestaciones sociales que grava permanentemente al sistema", explicó refiriéndose a la atención geriátrica.

Desviación presupuestaria

El director general también hizo referencia a la deuda acumulada del sistema sanitario público, en torno a los 570.000 millones de pesetas, debida en parte a la presupuestación un 12% inferior a las necesidades reales, y se mostró convencido de que el próximo año por primera vez se llegará a "presupuestos ciertos". El problema, actualmente, es que el Ministerio de Hacienda discrepa con los cálculos efectuados desde la Administración sanitaria, valorando que esta desviación no supone más de un 7,1%.

Gutiérrez Morlote insistió en que "los presupuestos van a seguir aumentando. Pero una cosa es que sigan creciendo y otra que debemos ser capaces de controlar ese gasto", matizó. El ministerio quiere desacelerar el crecimiento del gasto con las medidas citadas, además del establecimiento de un sistema de facturación de servicios y de la ordenación de los profesionales sanitarios.

"Hemos de incluir un cambio de cultura empresarial que consiga hacer al profesional consciente del gasto sanitario que implican sus decisiones", indicó el director general. Uno de los incentivos económicos propuestos les el contrato cooperativo, es decir, la posibilidad de que el médico tuviera un porcentaje correspondiente a los servicios que realiza.

La falta de comunicación entre los profesionales y el ministerio fue uno de los aspectos más criticados durante el coloquio por el presidente de la Organización Médica Colegial, José Fornés, y el secretario de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos. (CESM), Carlos Amaya.

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