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La Iglesia quiere instaurar un nuevo orden cultural a partir del fenómeno religioso

La doctrina social de la Iglesia plantea un nuevo proyecto de civilización que legítima el capitalismo democrático y acentúa la distribución concertada de los bienes, según el colectivo de dominicos Verapaz. En este marco, la alta jerarquía católica se reserva un papel protagonista y exclusivo. Se trata de instaurar un nuevo orden cultural utilizando el fenómeno religioso, según se planteó en el V Congreso Justicia y Paz, organizado por Verapaz, celebrado este fin de semana en Madrid.

"Se nos pide que seamos cristianos por el capitalismo", dijo el sociólogo José María Mardones, uno de los ponentes del congreso, en el que, bajo el título de Evangelio y doctrina social de la Iglesia, han participado analistas como José María Díez Alegría, José María Mardones o José Ramón López de la Osa.En la articulación de ese nuevo proyecto de civilización, el magisterio pontificio tiene, según los asistentes, puntos de convergencia y paralelismo con el pensamiento neoconservador norteamericano, que aspira a recuperar un tipo de moral cristiana para servir al capitalismo democrático un hombre trabajador, amante del orden y la disciplina.

"La cultura cristiana ha totalizado en nuestras sociedades y en la doctrina magisterial a todo el horizonte de la cultura actual. Esto reduce, y en casos anula, el espacio de diálogo que debe existir entre el mensaje social del Evangelio y la doctrina social de la Iglesia", señalan las conclusiones. Los congresistas consideran que la doctrina social de la Iglesia no coincide con las palabras del Evangelio. "Éste es profético, y la doctrina social es institucional e ideológica", indicó el dominico José Ramón López de la Osa, quien acusó a la jerarquía católica de "negar el conflicto y, con ello, la posibilidad transformadora del Evangelio".

Los congresistas afirman en sus conclusiones: "La institucionalización de la experiencia de Dios por el pensamiento neoconservador actual posibilita una utilización del fenómeno religioso que legitima los mecanismos del capitalismo democrático. Sospechamos que esto no es ajeno a las formulaciones expresadas en la actual doctrina social de la Iglesia".

Capitalismo democrático

Se trata, según el sociólogo José María Mardones, de recuperar la dimensión pública de la religión, hasta ahora patrimonio de la izquierda, para instrumentalizarla a favor del capitalismo democrático. El pensamiento neoconservador norteamericano, subrayó Mardones, sostiene que la sociedad padece una crisis cultural y moral, cuya raíz es espiritual, y plantea la recuperación de un tipo de moral "basada en la disciplina, el orden y el trabajo" para que funcione el sistema productivo. Y para conseguir esto proponen el fortalecimiento de las estructuras intermedias: la familia, la escuela, la parroquia. "La derecha", advirtió, "también defiende ahora la revitalización de las comunidades de base".

El proyecto de nueva evangelización de la Santa Sede para América Latina y la doctrina social de la Iglesia, señalan las conclusiones, se presentan como una versión ortodoxa de una teología de liberación integral y de la "opción preferencial por los pobres, exclusiva y no excluyente, del amor preferencial por los pobres". "Esto puede denotar", a juicio de los congresistas, "una convergencia con el neoconservadurismo de EE.UU., que asigna un lugar central a la cultura, entendida como realidad que engloban la actividad humana, y en ella a lo religioso, para rescatar su papel público y social, en función de la continuidad del sistema capitalista", dijo el teólogo mexicano Miguel Concha.

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