Los españoles son más ricos y se abstienen menos en las elecciones, según los datos del nuevo censo
Los españoles tienen 16.000 pesetas más de renta per cápita y se abstienen menos en las elecciones, según los datos provisionales del censo de población de 1991, hecho público por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por otra parte, el Instituto de Demografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha decidido pedir al INE que se haga una evaluación especial de los resultados, diferente a la que ya está en curso, y que no se proclamen definitivamente los resultados hasta que no se haya acabado dicha revisión.
La nueva evaluación del censo solicitada por el Instituto de Demografía deberá centrarse en obtener "de forma rápida y con especial cuidado" datos fiables sobre el grado de cobertura del mismo, dijo ayer el director de este organismo, Juan Antonio Fernández Cordón.El nuevo censo también ha sido contestado por Antonio Luis Hernández; secretario de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que afirmó que es "injusto y frívolo acusar a los ayuntamientos de haber inflado los censos anteriores". Asimismo, el Ayuntamiento de Bilbao atribuye a un error del INE la disminución de un 14,87% de su población. La población española registrada por el INE, 38.425.679 personas, inferior entre 700.000 y un millón a la cifra esperada, obligará a revisar los indicadores socioeconómicos y políticos del país.
Desde el pasado miércoles cada español tiene una renta per cápita de 1.045.000 pesetas, 16.000 pesetas más que sólo un día antes de que se hicieran públicos los datos del censo. La buena noticia se debe a la menor población registrada por el INE, que asegura que el censo de 1981 estaba "hinchado". Esta explicación no es compartida por el demógrafo Joaquín Arango, presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para el que las nuevas cifras son "sorprendentes". "Si los datos de 1991 son correctos toda la serie estadística anterior, desde 1900, estaría hinchada", dice Arango.
El presidente del CIS señala que la tasa de crecimiento de la población registrada entre 1981 y 1991 es "extremadamente baja, muy parecida a la de hoy en día, cuando la tasa de fecundidad no era tan baja en los primeros años ochenta como lo es ahora".
David Sven-Reher, presidente del Comité de Demografía Histórica de la Unión Internacional para el Estudio Científico de la Población, comparte las sospechas del INE de que el censo de 1981 estaba "hinchado" porque "algunos municipios inflaban sus datos para conseguir mayo res ayudas sociales o subir de categoría administrativa".
Sin embargo, cree que el de 1991 esté infravalorado porque siendo la década de los ochenta una década de inmigración, las minorías pueden no haber sido registradas". Reher pone como ejemplo que sólo en el censo de 1980 de la ciudad de Nueva York faltaron 800.000 habitantes, y tanto él como Arango coinciden en que también los censos de otros países tienen estas lagunas.
Menos votantes
Arango sostiene que las nuevas cifras de población obligarán a corregir a la baja el censo electoral, del que se sospecha que está hinchado, dadas las altísimas cifras de abstención, en algunos casos debido a duplicidades en el empadronamiento de los ciudadanos. Con el nuevo censo la abstención será más baja, sobre todo en las zonas rurales, si finalmente se confirman los datos del INE y el exceso de población del censo de 1981 se concentra en ancianos residentes en pueblos con altas tasas de emigración.
Las tasas nacionales de natalidad, mortalidad, fecundidad, actividad, ocupación, paro y esperanza de vida también se verán afectadas. "Probablemente ya no seremos un país entre los más bajos del mundo en mortalidad. Habrá que revisar al alza la tasa de natalidad, aunque en ningún caso superará la cifra de 2,1 hijos por mujer, considerada como el umbral del recambio generacional", señala Juan Antonio Fernández Cordón.
La tasa de mortalidad, actualmente situada en 8 por cada 1.000 habitantes, pasará a 9 por 1.000.
