Hoy vence el plazo para que Eslovenia ceda el control de sus fronteras exteriores
El ultimátum de la presidencia yugoslava sobre el control de las fronteras exteriores eslovenas con Italia y Austria vence hoy a mediodía. La cúpula política federal exigió el cumplimiento de los reglamentos oficiales en los puestos fronterizos en la república eslovena. Los policías fronterizos y los aduaneros deberían recaudar los aranceles para la caja federal, la bandera yugoslava sustituiría a la eslovena y las Fuerzas Armadas yugoslavas controlarían la llamada franja verde, de un kilómetro de ancho, de la zona fronteriza.
La presidencia exige el reestablecimiento de los reglamentos fronterizos anteriores al 25 de junio, día de la proclamación de la independencia eslovena. Las autoridades eslovenas rechazan esta propuesta, ya que según ellas, no hay vuelta atrás a las condiciones previas a la independencia. El 25 de junio es el punto de partida para cualquier diálogo. Eslovenia pide la participación de la Comunidad Europea (CE) en las negociaciones sobre la política de las fronteras, aunque accede a tolerar la presencia militar en la franja verde en el periodo de transición, siendo su objetivo final una frontera desmilitarizada. Los policías y los aduaneros, según las decisiones de Liubliana, deben obedecer sólo las leyes republicanas.Las fronteras más abiertas en Europa del Este en las últimas tres décadas se han vuelto objeto de grandes disputas y hasta de la intervención militar de las Fuerzas Armadas. Ayer, todos los puestos fronterizos funcionaban sin problemas y el tráfico era rápido: no hay turistas y los viajeros procedentes de otros países son pocos. Ni siquiera todas las autopistas están abiertas al tráfico: las barricadas compuestas por los camiones y la maquinaria de construcción fueron sustituidas por la defensa anticarros.
La visita a Liubliana de dos miembros de la presidencia yugoslava, el macedonio Vasil Tupurkovski y el bosnio Bogic Bogicevic, para precisar los puntos acordados por la presidencia yugoslava dieron pocos resultados. Los puntos son: el restablecimiento de las fronteras yugoslavas en Eslovenia; el desbloqueo de todas las unidades de las Fuerzas Armadas yugoslavas y su regreso a los cuarteles (que se materializó ayer); la devolución de todas las propiedades de las Fuerzas Armadas capturadas en la guerra; la desmovilización de la Defensa Territorial eslovena; uso libre de las vías públicas y reapertura de los aeropuertos; la liberación de los prisioneros de guerra y el cese del fuego.
Tensa reunión
Tuporkovski y Bogicevic viajaron a Liubliana para vigilar la puesta en marcha de estas decisiones. Su llegada a Liubliana, en un helicóptero de las Fuerzas Armadas, provocó el primer disgusto de los eslovenos. El portavoz del Gobierno, Jelko Kacin, convocó una urgente conferencia de prensa para comunicar que los dos miembros de la presidencia habían violado el espacio aéreo esloveno al no haber advertido su llegada en helicóptero y pedido el permiso.
"La atmósfera en la reunión entre los miembros de la presidencia yugoslava y eslovena fue muy tensa", explicó ayer Ciril Zlobec, miembro de la presidencia eslovena. No hubo ningún acuerdo. Los eslovenos cumplieron parcialmente con algunas decisiones de la presidencia. La mitad de los 2.300 prisioneros de guerra regresaron a sus repúblicas de origen; 10.000 de los 25.000 efectivos de la Defensa Territorial fueron desmovilizados; la devolución de las propiedades militares está en función del cálculo de las pérdidas por los daños de guerra.
El lenguaje oficial e informativo esloveno ha cambiado: se habla de Eslovenia y Yugoslavia. A veces se dice ex Yugoslavia. Sin embargo, la realidad obliga a la continuación de las conversaciones, aunque los eslovenos juegan su carta fuerte sobre el reconocimiento internacional.
