_
_
_
_
_

Raul Gardini abandona el imperio Ferruzzi

Raul Gardini, de 58 años, el hombre que elevó una potente firma agroalimentaria familiar italiana a la categoría de imperio empresarial europeo, dimitió inesperadamente el martes de la presidencia de Serafino Ferruzzi, sociedad holding, último cargo que conservaba en el grupo. Ha sido sustituido por su único cuñado, Arturo Ferruzzi. Las circunstancias de la noticia no son claras, pero todo indica que su familia política ha decidido prescindir del brillante Gardini.

Esta dimisión es el desenlace de seis meses de vacaciones que se decían "voluntarias", durante los que Gardini se ha limitado a triunfar con su yate, Il Moro di Venezia, en las principales regatas del mundo. Más recientemente, la presencia de Raul Gardini en una junta del Banco de Italia, acompañado de su hijo Ivan, de 22 años, al que acababa de poner al frente de la financiera Ferfin, se intepretó como indicio de que el hombre de "la química en Italia soy yo" estaba determinado a concluir el autoexilio mediante el que decía protestar contra la imposibilidad de ser empresario italiano.Hay pocas dudas de que la dimisión implica que la familia ha decidido cortarle el regreso. En el holding, Gardini sólo tenía el apoyo potencial del 23% de su mujer, Idina Ferruzzi.

Edimont

Y como detonante, el conflicto de Edimont, una empresa química mixta que Gardini quiso arrancar a las manos del Estado, invirtiendo sumas que a su cuñado, Arturo, le parecían arriesgadas y, sobre todo, dejando un lastre de rupturas con el complejo y poderoso mundo de los políticos italianos. Los Ferruzzi han preferido siempre un perfil más discreto y tranquilo que el de Gardini.

Serafino Ferruzzi, que fundó ,en Ravena la hasta ahora breve dinastía, supo apreciar, sin embargo, la audacia de un joven empleado al que ascendió incluso en detrimento de su heredero natural y consintió a su hija en matrimonio. En 1979, cuando Serafino se estrelló en su avión privado, Gardini se hizo formalmente cargo del grupo.

Ocho años mas tarde, logró controlar la Montedison, primera empresa química de Italia consolidando una red de intereses que, sin merma de los agrícolas iniciales, se extienden a los sectores del cemento, la electrónica, la prensa, la banca y el inmobiliario. Desde Montedison, organizó Gardini la compra de la sociedad española Antibióticos, y aquella operación puso a Mario Conde a las puertas de Banesto. Otra empresa española adquirida por el grupo Ferruzzi fue Koipe.

Gardini dimitió en la Montedison tras tirar la toalla en la batalla por Edimont y tomar el camino del exilio. Su cuñado, Arturo, trata de restablecer ahora los lazos con el sector público y de influir para que Enichem se asocie con la socieadad de Ferruzzi l'Himont, en lugar de hacerlo con la norteamericana Unión Carbide.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_