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El excomulgado Marcel Lefebvre fallece en Suiza a los 85 años de edad

El arzobispo Marcel Lefebvre, excomulgado en 1988, falleció ayer en Martigny (Suiza), a los 85 años de edad. Lefebvre encabezó hace dos años el tercer cisma que ha vivido la Iglesia católica en lo que va de siglo, tras los de las iglesias nacional checa (1920) y china (1950). El Vaticano ha acogido su muerte con dolor y a la espera de que los seguidores del arzobispo rebelde -unos 200.000- vuelvan al redil romano. El ultraderechista Frente Nacional fue el único partido político francés que rindió ayer homenaje a la figura del fallecido, las causas de cuya muerte -al parecer, cáncer- no fueron dadas a conocer.

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El Vaticano, por su parte, ha dedicado sólo 15 lineas de un comunicado de prensa a la muerte del cismático arzobispo. En dicha nota se recuerda que "la Santa Sede no ha olvidado los añosde fiel ministerio misionero de desempeñados en África", cuando aún estaba dentro de la ortodoxia romama, informa Juan Arias.

El Papa "se retiró en oración confiando el alma del desaparecido a la misericordia de Dios", se dice en el comunicado, que agrega que Juan Pablo II estuvo esperando hasta el último momento un gesto de vuelta atras", para levantarle la pena canónica de excomunión.

Sin embargo, la actitud receptiva del Vaticano no encontró ese gesto de arrepentimiento que estuvo esperando desde principios de los años setenta. Precisamente esta actitud respecto a Lefebvre

contrasta con la que ha mantenido la curia romana frente a teólogos de la liberación. No en vano, a juicio de algunos vaticanólogos, Lefebvre contó con numerosos apoyos en Roma hasta que la reconsideración del concilio Vaticano II en el actual pontificado hizo que el sector de la curia que le apoyaba creyera innecesario continuar sus esfuerzos.

La línea mantenida por el arzobispo rebelde, que desde 1970 ha ordenado a 250 sacerdotes y a cuatro obispos en su centro Integrista suizo de Ecône, hizo que contara siempre de forma incondicional con el apoyo del ultraderechista Frente Nacional francés.

Frente al comunismo ateo

Esta organización ultraderechista francesa señala que Lefebvre "supo salvaguardar, frente al comunismo ateo y el materialismo decadente, la herencia de los mássagrados valores occidentales", informa Javier Valenzuela. La pasada semana, pocos días antes

de su muerte en Suiza, Lefebvre fue condenado por un tribunal francés a una multa de 10.000 francos (unas 180.000 pesetas) por el delito de apología del racismo. El obispo excomulgado por Juan Pablo II había pedido la expulsión de todos los árabes y musulmanes de Francia. No es extraño que el Frente Nacional le definiera ayer con estas palabras: "Misionero en Africa, fundador de la Fraternidad San Pío X, defensor de la fe, monseñor Lefebvre hizo todo lo posible para que la sal católica no se corrompiera".

"Monseñor Lefebvre", según indicó el partido de Jean-Marie Le Pen, "pasará a la historia como un gran combatiente de la cristiandad, la identidad francesa y europea y la tradición". Lefebvre aseguró su sucesión en 1983 al transmitir al abad alemán Franz Schmidberger su cargo de superior general de la Fraternidad San Pío X, creada por él.

El día 30 de junio de 1988, Lefebvre decidió consagrar cuatro obispos en su feudo suizo del monasterio de Ecône, pese a la oposición explícita del papa Juan Pablo II. Tal afrenta al Vaticano constituyó todo un seísmo en la Iglesia católica, y fue la primera rebelión contra la autoridad papal en 115 años.

Monseñor Lefebvre fue sancionado por ello con el castigo más duro que un católico pueda sufrir: la excomunión. Años antes, en 1976, ya había sido suspendido a divinis (prohibición de celebrar los sacramentos) por Pablo VI. Lefobvre había ordenado sacerdotes sin el consentimiento de Roma. Sin embargo, hasta el último instante de su vida, el obstinado Lefebvre se sintió miembro de la Iglesia. Para él, la "verdadera" Iglesia, la de "la tradición", no era la que había aceptado las ideas "perniciosas" del Concilio Vaticano II (1902-1965), en particular la libertad religiosa, el ecumenismo y la misa celebrada no en latín, sino en las lenguas nacionales.

El funeral está programado para el martes 2 de abril en Ecône, donde se encuentra instalada la sede de su seminario integrista.

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