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Empresarios españoles denuncian judicialmente la venta de Garvey a la multinacional United Dutch

Un colectivo de empresarios españoles que el pasado mes de junio suscribieron un contrato para la compra de la firma Garvey a las cooperativas alemanas (Coop AG) propietarias de la empresa -lerezana, ha denunciado la venta de la misma al grupo multinacional United Dutch. Francisco Asís Pino y Arturo Moral, en nombre del grupo de empresarios, han presentado demanda por estafa y querella criminal en los juzgados donde solicitan el secuestro de las acciones de Garvey, el embargo de inmuebles y un administrador judicial.Los empresarios han recurrido tarribién a la Cámara de Comercio Internacional de París para que dicte laudo sobre el caso. Las denuncias van dirigidas contra los representantes directos de las Cooperativas alemanas en España, Tilman Todenhofer y Guillermo Frhübeck Olmedo, contra los actuales gerentes de Garvey, los responsables de las empresas tenedoras de la empresa, y contra Helmut Wagner, responsable del grupo Asko que asumió el control de las cooperativas en enero.

Los representantes de las cooperativas niegan que Garvey se haya vendido a ninguna multinacional, y mantienen que la compró una bodega jerezana. Frhbeck considera que los empresarios españoles que ahora se querellan no cumplieron los compromisos de pago asumidos en el contrato de compraventa.

La empresa Garvey-Bodegas San Patricio, perteneciente a Rumasa, fue comprada al Patrimonio del Estado por las cooperativas alemanas por 800 millones de pesetas a través de un préstamo de refinanciación de 1.192 millones concedido por Rumasa a Garvey. El pasado junio, un grupo de empresarios españoles, entre los que se hallan Jesús Laca y Richard Golding, suscribieron un contrato para la compra de Garvey con las empresas General Technilcal Consultants, Inmobiliaria Dasec y Dasec S.A., propiedad de las cooperativas y tenedoras de las acciones de la bodega. El precio fijado en esta ocasión fue de 1.148 millones de pesetas.

Una vez firmado ese contrato de compra, los empresarios españoles comenzaron a detectar supuestas irregularidades. Entre otros puntos, los empresarios denuncian la falsificación de una auditoría realizada por la firma Espacontrol. Mientras en el original figura un balance negativo en 1988 de 1.000 millones de pesetas, la auditoría aportada en las negociaciones apuntaba un beneficio de 75 millones.

Tras el intento fallido de nuevas negociaciones,las cooperativas vendieron las acciones de Garvey en poder de la empresa Dasee al grupo United Dutch por 200 millones de pesetas.

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