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RELIGIÓN

La palabra 'infierno' no figura en el primer 'Diccionario de teología fundamental'

Juan Arias

El primer Diccionario de teología fundamental de la Iglesia católica, hasta ahora inexistente, está a punto de publicarse. Y curiosamente, en él no aparece la palabra infierno y sí la de feminismo.Hasta la fecha existían diccionarios bíblicos, de moral y hasta de teología dogmática, pero no de teología fundamental. La obra, que se presenta con una visión muy moderna, no es una iniciativa de los progresistas teólogos de la liberación, sino de la sesuda pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde, bajo la dirección de los jesuitas, preparan su doctorado futuros sacerdotes de cien naciones distintas.

La Universidad Gregoriana es conocida como la fábrica de obispos y papas porque en ella se han formado la mayor parte de los grandes personajes de la Iglesia católica en los últimos tiempos. En ella quiso estudiar el actual papa Juan Pablo II, como lo habían hecho sus predecesores Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI, pero los severos jesuitas no se lo permitieron al considerar insuficiente la preparación que traía del seminario de Cracovia y el escaso tiempo de que disponía en Roma.

El nuevo Diccionario de teología fundamental, que publicará la editorial católica La Cittadella, de Asís, bajo la dirección y responsabilidad de la Universidad Gregoriana, es nuevo en cuanto a metodología, y muchos de los temas son completamente inéditos en una obra de teología.

No será un diccionario "apologético", sino de "diálogo", han afirmado el jesuita francés René Latourelle y el catedrático italiano Rino Fisichella, promotores de la obra, en la que han participado 93 teólogos de 20 centros universitarios internacionales. Latourelle ha afirmado que el nuevo diccionario se despoja de la tradicional "teología agresiva" -"la búsqueda siempre de enemigos con quien combatir" para "entrar en diálogo" con los temas más actuales de la sociedad secularizada, como "la decadencia del cristianismo en Occidente y sus posibles causas" o "La pérdida del sentido en la vida del hombre contemporáneo".

Entre las 220 voces en 1.500 páginas aparecen palabras nuevas para la teología tradicional, como feminismo, diálogo interreligioso, comunicación, religiosidad popular, etcétera, y faltan, por el contrario, voces clásicas como infierno, lo que que no dejará de levantar polémica en algunos ambientes conservadores.

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