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Desacuerdo entre los Doce por el alcance de la supresión de fronteras

ENVIADO ESPECIAL, Los ministros del Interior de los doce países de la Comunidad Europea (CE), que integran el Grupo de Trevi, mostraron ayer sus discrepancias sobre la interpretación del tratado fundacional de la CE, lo que impidió que se firmase el convenio sobre reforzamiento de fronteras comunes exteriores.

Las diferencias de fondo estriban en que España, Francia, la República Federal de Alemania, Bélgica, Holanda. Luxemburgo, Italia y Portugal consideran que el artículo 8-a del tratade obliga a la supresión física de las fronteras interiores con lo que ello supone de libre circulación de personas y mercancías que se encuentren en algún país de la CE. La postura discrepante es soslenida por el Reino Unido, Irlanda, Grecia y Dinamarca, que propugnan que sólo los cludadanos comunitarios se benefiÍcien de la supresión parcial de fronteras interiores v del reforzarniento de las exteriores. Es decir, un español. según esa postura tendria libre circulación por los países comunitarios, pero, por ejemplo, un yugoslavo tendría que curriplir trámites fronterizos no sólo ara entrar en la comunidad. sino para desplazarse entre sus distintos países.

La delegación francesa formuló una propuesta formal para que se adopte la primera de las interpretaciones, sobre la que está trabajando el grupo de Scliengen (experiencia piloto de seis países para la supresión de fronteras internas antes de 1993) y en el que España está en calidad de observador.

El Este

Los problemas de fueron la principal preocupación de la cumbre de los ministros de Trevi. Los países de la CE ven con cautela la problemática situación política y económica de los países del Este de Europa y, en especial de la URSS. Por ello consideran muy importante la Convención que a principios del próximo ano se va a mantener en Viena. Los Doce pretenden llevar a Viena una postura común, pero para ello deberán reunirse previamente en Luxemburgo, ya que en Roma no se han puesto de acuerdo.

Los ministros europeos esperan negociar con la URSS para regular los flujos de inmigracion, que según algunos estudios podrían situarse en ocho o diez millones de personas si los soviéticos permitieran la libertad de salida en la actualidad, pero que podrían acrecentarse si los problemas económicos o los acontecimientos políticos empeorasen.

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El ministro José Luis Corcuera expresó su preocupación por la utilización a su entender, poco correcta del asilo político. En España las cifras de este año han casi triplicado a las de 1989 y todo parece indicar que la inmigración económica se disfraza para obtener el asilo.

También se expuso la preocupación de los flujos migratorios del norte de Africa. Sin embargo, los ministros no consiguieron definir los conceptos de fronteras exteriores de la CE.

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