Pruebas de MIR

Somos varios de los médicos examinados en Valladolid el pasado 29 de septiembre en la prueba de médico interno y residente (MIR), oposición que permite (?) el acceso a la formación médica especializada. Los opositores cuestionamos la validez de la prueba por distintos motivos. El primero sucedió momentos antes de su comienzo, cuando al desprecintar los cuadernos de examen se encontraron más de 200 ejemplares (de los aproximadamente 800) con defectos de impresión e incompletos. En la mayoría de los casos, también los ejemplares de reserva fueron defectuosos. En una de las aulas se suspendió temporalmente el ejercicio, reteniendo a los aspirantes y procediéndose a la rápida retirada de los cuestionarios y simultáneo fotocopiado de una versión de reserva idéntica para todos los afectados (hecho que incumple la base novena, punto 2, de la normativa; BOE, 29 de junio de 1990).En otra de las aulas, los más de 70 aspirantes presentes pudieron comentar durante más de dos horas -desde la hora señalada de comienzo en la base novena, punto 2, del BOE (cuatro de la tarde) hasta que se inició el ejercicio (siete de la tarde)- cada pregunta del cuestionario, legible en su mayor parte, incumpliendo la base novena, punto 5, del BOE. Además, se permitió la salida sin vigilancia fuera del aula y la entrada en la misma de personas ajenas al examen (base novena, punto 4, del BOE). Parte de estos hechos fueron constatados ante notario.

También se vieron afectadas otras localidades, como Sevilla y Oviedo.

No pretendemos con esto juzgar la actitud de nuestros compañeros, sino cuestionar la validez de la prueba y la competencia de las personas encargadas de hacer cumplir la normativa publicada en el BOE del 29 de junio de 1990, en unas oposiciones que presumen de ofrecer la máxima seguridad y objetividad en cuanto a su elaboración, realización y calificación.

Por esto exigimos una explicación por parte del Ministerio de Sanidad y Consumo y la inmediata solución de una situación de clara desigualdad.-