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Inaugurada en Berlín una exposición sobre Bismarck

Una magna exposición sobre el creador del Estado alemán, el canciller Otto von Bismarck, acaba de inaugurarse en el centro Martin Gropius Bau, de Berlín. En 1990 se cumple el centenario del apartamiento de Bismarck del poder ordenado por el joven emperador Guillermo II. Es también el 175 aniversario del nacimiento del canciller de hierro. Y, sobre todo, ha sido el año de la reunificación alemana. La muestra adquiere así un carácter simbólico.

Más de 1.000 piezas provenientes de 250 museos; y colecciones particulares de Alemania y de 13 países de Europa y América componen la exhibición, que empezó a prepararse en 1987. Los coordinadores han sido Marie Loulse von Plessen y el biógrafo de Bismarck, Lothar Gall, así como el arquitecto Borís Podrecca.

La idea de la exposición apuntó, desde el principio, a la Europa del mercado único de 1993. Según el planteamiento del canciller Helmut Kohl, se trataba de hacer ver cómo la unidad nacional conseguida bajo la férula de Bismarck conducía, de manera armónica, a la unidad europea de hoy.

Pero la polémica política ha resultado inevitable. Para sectores de la intelectualidad alemana, Bismarck puede también ser visto como el punto de partida del proceso que desemboca en el régimen nazi y en el desastre de la II Guerra Mundial y la partición del país.

Thomas Mann

En el catálogo de la exposición se reproduce el juicio de Thomas Mann sobre Bismarck: "Un coloso histérico de voz estridente, brutal, sentimental, fácil presa de crisis de llanto. Un gigante de astucia subterránea. Un misántropo, un dominador ya fuese mediante el encanto o mediante la fuerza, un triunfador, un realista, un absoluto antiideólogo, una personalidad desmesurada, casi sobrehumana, colmada del propio ego: alguien que sometió cuanto le rodeaba y lo obligó al júbilo o lo hizo temblar".Hoy toda Alemania está repleta de plazas y calles dedicadas al canciller de hierro. Existen no menos de medio millar de monumentos en su honor.

Bismarck sigue siendo la gran sombra que cubre toda la historia del país: la frustración revolucionaria de 1848, el peso hegemónico de Prusia, la unificación, la guerra con los franceses, el reparto del mundo en el Congreso de Viena, el comienzo del colonialismo. Aunque muerto en 1896, Bismarck explica en gran medida la dinámica que abocó en la I Guerra Mundial.

La figura histórica de Bismarck puede ser considerada como la máxima expresión de la clase terrateniente alemana, los junker, cuyo poder no sólo no fue disputado por una burguesía equivalente a la de otros países europeos, sino que sirvió para constituir un Estado todopoderoso, que industrializó desde arriba, sin perder su carácter feudal, y desembocó por último en el expansionismo.

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