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El nuevo IRPF mantendrá la desgravación de los intereses en la compra de la vivienda habitual

Los compradores de vivienda para uso habitual podrán seguir desgravando los intereses de los créditos obtenidos para su adquisición, según apuntó ayer el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell. En contra del criterio expresado por algunos altos cargos de Hacienda durante el debate de la reforma fiscal, el tratamiento fiscal de la primera vivienda no será modificado sustancial mente. Borrell aseguró que, en cualquier caso, toda modificación que se lleve a cabo en este sector no tendrá efectos retroactivos "porque social y políticamente no nos parece correcto".

Aunque el tratamiento Fiscal de la vivienda es, según aseguró Borrell, muy favorable, Hacienda ha descartado, de momento, eliminar la desgravación de los intereses que se pagan por los créditos para adquirirla. "La compra de vivienda es un ahorro fiscalmente muy protegido, lo que tenemos que estudiar es si conviene equilibrarlo en relación a otros activos", afirmó durante su intevención en una coloquio organizado por el Club Siglo XXI Tras reconocer el especial tratamiento fiscal de la vivienda, el responsable de Hacienda dejó claro que se mantendrá en el futuro. "El acceso a la vivienda habitual debe continuar recibiendo un apoyo fiscal selectivo, importante y diferenciado del que disfrutan otras formas de ahorro", afirmó.

Tanto los primeros borradores elaborados por Hacienda sobre el nuevo IRPF, como las declaraciones de algunos altos cargos del ministerio, contemplaban la posibilidad de eliminar la desgravación en la base imponible de los intereses de capitales ajenos invertidos en la compra de la primera vivienda. Al mismo tiempo, se había barajado eliminar el 2% del valor catastral como ingreso, posibilidad que también se ha descartado.

En cualquier caso, Borrell precisó que "toda modificación en el tratamiento fiscal de la vivienda carecerá de efectos retroactivos", no por una limitación jurídica "sino porque pensamos que social y políticamente no sería adecuado".

El secretario de Estado afirmó que se va a cumplir el compromiso electoral del PSOE de introducir en la reforma fiscal una desgravación por el alquiler de la vivienda. Sin embargo, expresó sus temores de que este beneficio fiscal sea absorbido por los propietarios, al elevar automáticamente los precios. "Se puede producir una especie de principio de Arquímedes, por el que todo incentivo fiscal concedido de forma estable tienda a desplazarse para beneficiar a quien administra el bien".

Ahorro popular

Otro de los compromisos electorales del PSOE, que la reforma fiscal contemplará, son los incentivos fiscales al ahorro popular, "que es el que supone un esfuerzo de renuncia al consumo". Como posibles medidas que incentiven este ahorro, Borrell enumeró los mínimos exentos, los planes de ahorro popular y las retenciones liberatorias sin especificar cuál de estas opciones será la definitiva.

El eje principal de la reforma es pasar de la "progresividad teórica a otra que sea real". Para ello, según Borrell, no es condición necesaria bajar el tipo marginal de la tarifa del IRPF, ahora en el 56% -en el que sólo están 65.000 contribuyentes-, sino modificar los tramos de bases imponibles, de forma que el marginal se alcance con una renta superior a los actuales ocho millones de pesetas. Como ejemplo, resaltó que "el 2,5% de los contribuyentes aporta el 30% de la recaudación, mientras que el 33% de los que declaran pagan sólo el 4% o el 5%, y éstos son los que están situados en los tramos de ingresos más bajos".

Con todo, parte de los contribuyentes se sitúan en los tramos más bajos artificialmente porque ocultan parte de sus ingresos. En este caso se encuentran, por ejemplo, empresarios y profesionales en el régimen de estimación objetiva, que es una de las grandes modificaciones ya anunciada por Hacienda. Borrell se mostró abierto a recibir propuestas de regularización fiscal ya que dijo conocer sólo dos alternativas: las actas de inspección y las declaraciones complementarias.

Plusvalías

Otro de los aspectos polémicos de la reforma, el tratamiento fiscal de las plusvalías, fue minimizado por el secretario de Estado al recalcar que sólo afecta a 230.000 contribuyentes sobre un total cercano a los 10 millones. Reconoció, sin embargo, que "éste es un problema de gran impacto respecto a la equidad del impuesto".

A juicio de Borrell, Ias plusvalías no son más que una renta del capital acumulada y no distribuida", por lo que "no es una buena solución gravarlas a un tipo propocional cuando las rentas del trabajo soportan una tarifa progresiva".

En cualquier caso, sí reconoció que la fiscalidad de las plusvalías debe ajustarse por la inflación y tener en cuenta si se reinvierten, aunque "con criterios selectivos", porque, a juicio de Borrell, no es "un modelo razonable la exoneración de todas las plusvalías obtenidas porque todas las importantes se reinvierten".

La fiscalidad de las plusvalías será, después de los ajustes temporales, prácticamente idéntica a la de cualquier otra renta del capital. Estas rentas recibirán un tratamiento más favorable no tanto para incentivar el ahorro interno como para evitar que se coloquen en otro país de la CE. La fiscalidad de las rentas del capital se hará con flexibilidad para adaptarse al proceso de armonización europea. De no alcanzarse un acuerdo en la CE, aseguró Borrell, "no tendríamos un mercado único sino otra cosa donde el fraude se generalizaría y todo el mundo sería residente en el país vecino".

El marco internacional en el que se sitúa la reforma fiscal llevará a incluir alguna medida para evitar la fuga de impuestos a través de los llamados paraísos fiscales. Hacienda va a incorporar un gravamen entre un 2% y un 5% en los inmuebles adquiridos en España a través de sociedades con sede en un paraíso fiscal.

Respeto al impuesto sobre el patrimonio, Hacienda baraja dos alternativas, o bien que sirva para aumentar la recaudación o como medio para controlar a sus propietarios. Borrell reconoció que el actual impuesto sobre el patrimonio no sirve ni para una cosa ni para otra.

Por otra parte, para tratar de la reforma fiscal, el secretario de Estado de Hacienda se reunió ayer con el consejero de Hacienda del País Vasco, Alfonso Basagolti, y con el vicepresidente de Navarra, José Antonio Asiaín.

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