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Antoni Puigvert, la faceta humana de un urólogo

He tenido la suerte de conocer al doctor Puigvert y frecuentarlo humana y profesionalmente durante más de 30 años, y deseo, en este momento, destacar su faceta humana como hombre, porque como médico ya ha sido reconocido mundialmente desde hace años.Hombre conservador, amante de la tertulia, le interesaban todos los temas de relaciones humanas (familiar, social, política) y diplomáticas, resaltando especialmente su hispanoamericanismo vocacional.

Era feliz cuando podía invitar a sus amigos a su mesa y entregarse totalmente a ellos; se sentía satisfecho cuando conseguía que disfrutaran de su comida y su bebida. Prueba de ello es su libro Mi vida y otras más..., memorias de su vida, de la relación humana con los grandes personajes que conoció y con quienes llegó a tener una respetuosa amistad.

Fue un gran viajero, sobre todo a su querida América Latina, donde disfrutaba al convivir con sus discípulos en aquellas tierras, y se interesaba por cuanto les afectaba (su familia, su trabajo, sus proyectos, sus experiencias profesionales, etcétera).

El doctor Puigvert fue, desgraciadamente, el último maestro que tuve, a lo largo de una carrera de Medicina en la que he contado con maestros clásicos que me enseñaron, primero a ser médico y luego a ser hombre. Desde hace unos años temía que llegara el momento de perderlo, pero la ley inexorable de la vida lo ha decidido así.

La mejor definición del doctor Puigvert que puede darse es que fue uno de los grandes maestros de la Medicina de nuestro siglo, en lo humano y en lo profesional.

Norberto Mallo Buccini es jefe del servicio de urología de la Fundació Puigvert.

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