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Los gitanos de I`Aldea han sido expulsados después de recolectar la cosecha de tomate

Los 300 temporeros gitanos, que han sido expulsados de l'Aldea (Tarragona) por un acuerdo municipal después de estar trabajando durante dos meses en la localidad, han recolectado ya el 90% de la cosecha de tomate, actividad por la que se les pagaba y para la que ninguno de ellos tenía contrato laboral. La orden de expulsión, tomada por unanimidad, se decretó el pasado viernes y debe hacerse efectiva en un plazo de ocho días, que coincidirá con la recolección completa de esta hortaliza.El alcalde de la localidad, Joan Francesc Blanch, que insultó a los temporeros, afirmó que los gitanos eran explotados por miembros del propio colectivo gitano, aunque en ningún momento mencionó la falta de contratos de trabajo. Blanch, pertenciente a un grupo de independientes llamado Unitat de l'Aldea, dijo que se utilizaba a niños de corta edad para las tareas de recolección, lo que es ilegal, aunque no hizo referencia alguna a la remuneración que perciben -3,5 o 4 pesetas por kilo de tomate recolectado- ni a la también ilegal falta de contratos de trabajo. Según algunos payeses de la zona, una familia gitana puede llenar cada día unas 80 cajas de tomates, que contienen 22 kilos cada una. Según estos cálculos, cada familia ha obtenido unas 7.000 pesetas diarias para lo que ha debido recolectar 1.760 kilos de tomates en el mismo período de tiempo.

La expulsión decretada por el Ayuntamiento -10 concejales de Unitat de l'Aldea y uno del Partido Popular- ha sido duramente criticada por el presidente de la Asociación Gitana de Sabadell y Comarca, Manuel Heredia, quien dijo a este diario que la Unión Romaní, de la que él forma parte estudiará acciones legales contra el alcalde de l'Aldea.

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