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Eltsin y Sajarov, en la dirección colegiada del nuevo grupo de oposición en la URSS

Pilar Bonet

La oposición parlamentaria soviética eligió ayer una dirección colegiada de cinco copresidentes formada por Boris Eitsin, el ex miembro del Politburó y ex jefe del partido comunista en Moscú (que obtuvo el mayor número de votos); el historiador Yuri Afanasiev, el economista Gavril Popov, el profesor estonio Víctor Palm y el académico Andrei Sajarov. El quinteto fue bautizado ayer ya con el nombre de kulak (puño) por el diputado Yuri Kariakin al término de una jornada que muchos consideraban como histórica, dado que las disidencias políticas fuera del partido comunista fueron suprimidas en la URSS poco después de la revolución, y las fracciones comunistas, en 1921.

Un total de 155 diputados, de los 260 que se habían registrado ya en el grupo interregional, votaron ayer. Los reunidos optaron por la fórmula de dirección colegiada y rechazaron mayoritariamente el principio de dirección personalizada y de rotación en un agitado debate que debe continuar en el futuro. Eltsin, favorable a que el Partido Comunista rinda cuentas al Parlamento, consiguió 147 votos, seguido de Afanasiev, con 1,43, Popov, con 132, Palm con 73 y Sajarov, ausente, con 64.El diputado Mijail Poltaranin, periodista próximo a Eltsin que dirigió el periódico Moskovskaia Pravda, denunció ayer la formación del Frente Unido de los Trabajadores de Leningrado, una entidad que, según dijo, "a juzgar por el programa, prepara hoy ya destacamentos armados contra los charlatanes y demagogos (...) es decir contra nosotros". El frente, que ha despertado interés en otras regiones rusas, es una idea de los dirigentes comunistas locales, derrotados en las elecciones, para canalizar el descontento obrero contra los intentos de democratización, según la idea expresada por Poltaranin y corroborada por otros diputados de Leningrado. Tras la oleada de huelgas, fuerzas políticas de distinto signo han activado sus esfuerzos para sacar partido de la insatisfacción popular, lo que alarma en medios parlamentarios dernocráticoS.Un comité coordinador formado por 25 personas completa la directiva del recién formado grupo de oposición, cuyo programa, de unos 60 puntos, comprende desde la creación de empresas privadas a la liquidación del monopolio estatal de la televisión, la libertad de Prensa y la libertad para entrar y salir de la URSS, así como la abolición del régimen de empadronamiento obligatorio y la formación de grupos parlamentarios.

451 firmas

La flamante oposición tiene ante sí cinco días hasta que concluyan las sesiones del Soviet Supremo de la URSS (el día 4), hasta el próximo otoño. En ese lapso de tiempo, el grupo quiere reunir las 451 firmas necesarias para convocar en septiembre una sesión extraordinaria del Congreso de los Diputados, el superparlamento formado por 2.250 miembros.

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El objetivo de tal sesión sería discutir modificaciones constitucionales que permitan poner en marcha las elecciones locales y republicanas a partir del próximo otoño. Según las actuales previsiones, el Congreso, organismo que por ley debe ratificar los cambios constitucionales, no va a reunirse hasta octubre o noviembre, lo que dificultaría la celebración de elecciones en otoño.

La oposición quiere también que el Soviet Supremo fije el estatuto de los diputados antes de disolverse y, decidida a no pedir más permiso para editar su periódico, ha invitado a sus mlembros a enviar originales a Narodni Diputat" (El diputado popular). Este periódico surge como metamorfosis de El Físico Soviético, un boletín del Instituto de Energía Atómica Kurchatov, y su redacción está instalada en la habitación 605 del hotel Moscú, el edificio estalinista cercano al Kremlin donde residen los parlamentarios de provincias.

En el nuevo grupo parlamentario hay varios militares, entre ellos el coronel Martirosian, quien denunció los intentos de dividir al Ejército soviético y manifestó que éste no es un "éjercito chino" y sus coroneles no son "coroneles negros, sino lúcidos".

El académico Oleg Bogomolov, otro miembro del grupo, hizo un paralelo entre la crisis polaca y la situación soviética y dijo que el fallo polaco había sido la falta de consenso nacional y de apoyo de la política en el deseo de la mayoría. Bogomolov, jefe del Instituto de Economía del Sistema Socialista Mundial, puso a Hungría como modelo de búsqueda de consenso político.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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