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González expone a Delors las posibilidades de un acuerdo sobre unión monetaria en la reunión de Madrid

Felipe González, presidente del Gobierno español, y Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, mantuvieron ayer en la Moncloa una reunión de trabajo para ultimar la agenda de la cumbre de la CE que se celebrará en Madrid el lunes y el martes próximos. El presidente del Gobierno informó a Delors del resultado de la ronda de negociaciones mantenida con los líderes de los países comunitarios. La presidencia española prevé un acuerdo sobre la primera fase de la unión monetaria, objetivo que está dispuesto a asumir el Reino Unido siempre que no obligue a aceptar las dos fases restantes. Sin embargo, el Gobierno quiere ir más lejos. Sobre la Carta Social, el veto británico continúa haciendo inviable la unanimidad.

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La entrevista con Delors, quien acudió acompañado de su jefe de gabinete, Jacques Lamy, duró algo más de tres horas, comida incluida. Por parte española, estuvieron presentes, además del presidente, el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y el secretario de Estado para la CE, Pedro Solbes. El clima en que se desarrolló la reunión "fue muy positivo", según fuentes del Gobierno."Más que un debate sobre la agenda de la cumbre", comentó uno de los presentes, "la reunión tenía por objeto contarle a Delors cuáles son las posiciones de los doce". La voluntad de la presidencia sigue siendo "encontrar compromisos", especialmente en las dos cuestiones clave, unión monetaria y Carta Social, que hacen de "este Consejo Europeo un encuentro abierto, porque están sobre la mesa los temas más importantes del futuro de la CE"

La opinión del Gobierno es que el acuerdo sobre la primera fase de la unión monetaria está al alcance de la mano. El Reino Unido está dispuesto a sumarse al ensayo, si la obligación jurídica de asumir automáticamente las dos siguientes fases fuese soslayada. Para el ingreso de la libra esterlina en el Sistema Monetario Europeo habría de contemplarse además un plazo de tres o cuatro años.

El principal opositor a esta solución de compromiso es el propio Jacques Delors, quien defiende la integridad del informe aprobado por unanimidad por el comité que lleva su nombre y en el que estaban integrados los gobernadores de los bancos centrales de los 12 países comunitarios. González expresó a Delors que la posición española es ir más lejos, para no desnaturalizar el informe e impedir que la unión monetaria se quede sólo en intento.

Varios Gobiernos comunitarios amparan su temor al proceso en la posición británica y son además recelosos al sistema de bancos centrales del que dependería la futura política monetaria. Ello supondría en la práctica aceptar una institución independiente de las políticas nacionales y de la CE, cuando la principal dificultad va a ser el trasvase de soberanía nacional que va a implicar el futuro tratado de unión económica y monetaria.

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Las perspectivas sobre la Carta Social son pesimistas. "El debate", según fuentes comunitarias, "es si el texto de derechos fundamentales va a tener efectos jurídicos o no". Además, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, se mantiene irreductible sobre la eventualidad de que la declaración de apoyo que salga de la cumbre de Madrid tenga carácter vinculante. La presidencia española continúa empeñada en "darle otra vuelta" al comunicado que los ministros de Trabajo aprobaron el pasado día 12 en Luxemburgo a pesar de la radical oposición del Reino Unido.

En lo que se refiere a los otros temas importantes del Consejo Europeo, habrá declaraciones sobre la situación internacional, especialmente la condena a China y el apoyo al plan de paz en Oriente Medio. Existen también bastantes posibilidades de que los doce se pronuncien a favor de crear una Agencia Europea de Medio Ambiente. Delors, sin embargo, se mostró "muy prudente" con respecto a la propuesta española para crear un fondo europeo de garantía de la deuda de los países de renta intermedia.

La posición británica

La entrevista de ayer con Delors pone fin a un mes de gestiones diplomáticas al más alto nivel para preparar la cumbre. La entrevista más difícil que ha mantenido González en este período fue la celebrada el pasado día 19 en Londres con Margaret Thatcher, a quien advirtió del riesgo de dejar al Reino Unido aislado. "El problema", según fuentes de La Moncloa, "es que Thatcher está habituada a la política de llegar al límite y, por eso, es difícil convencerla".

El Gobierno británico va a aceptar que se ponga en marcha la fase inicial del complejo proceso que, idealmente, debe concluir en la unión monetaria europea, pero se niega a ir más allá de esa aquiescencia inicial, según manifestó ayer el ministro de Exteriores, sir Geoffrey Howe, informa Ricardo Martínez de Rituerto.

"Estamos dispuestos a poner en marcha la fase inicial", del informe Delors, en la que se completa el mercado interno, se eliminan obstáculos a la integración financiera y se considera la participación de la libra en el Sistema Monetario Europeo (SME), "pero sin ningún compromiso con respecto a las fases segunda y tercera", que terminan por crear una completa unión económica y monetaria, señaló Howe, quien puso de manifiesto que, en lo sustancial de los temas críticos de la cumbre, Margaret Thatcher no va a ceder.

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