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Seis soldados mueren en un accidente cuando viajaban en un vehículo robado

GONZALO RODRÍGUEZ, Cinco soldados y un cabo destinados en el Centro de Mantenimiento y Material del Arma de Artillería, en Valladolid, fallecieron en un accidente de tráfico ocurrido en la madrugada de ayer en el barrio vallisoletano de Puente Duero, a unos ocho kilómetros de la capital. El coche en el que viajaban, el Land Rover VA-1047-H, había desaparecido la tarde anterior de la explanada de San Benito, en el centro de la ciudad, donde su dueño, Carlos Foca Enríquez, que denunció el robo a la policía, solía aparcarlo. Los soldados se ausentaron del cuartel sin permiso para asistir a una fiesta.

El accidente pudo suceder en torno a las 4.00 horas, aunque no existen testigos presenciales. Tres horas más tarde, con las primeras luces del día, dos vecinos de Puente Duero descubrieron el vehículo, que se hallaba metido en el río, y dieron cuenta a la policía. Los seis ocupantes, que vestían ropas de paisano, se hallaban ya muertos. Presentaban heridas y rozaduras, aunque se cree que alguno de ellos murió ahogado. Los bomberos de Valladolid tuvieron que forzar una puerta e introducir palancas para extraer los cuerpos.Poco antes de las 12.00 horas, el Gobierno Militar de Valladolid hizo público un comunicado oficial en el que facilitaba la identidad de las víctimas. Se trata del cabo Javier García Ruiz y de los soldados Fernando Fernández López, David Castillo Gárate, Pedro Luis Marañón Garrido, Ángel Medina Alcolea y Miguel Ángel Gutiérrez Nosti. Los tres primeros son vecinos de Barcelona, los dos siguientes de Madrid y el último estaba domiciliado en Gijón. La nota oficial señala que "se desconocen las causas del accidente, aunque se supone que fue un fallo del conductor, que se salió de la calzada". Los soldados pasaron el último control nocturno de su cuartel a las 23.00 horas del viernes y se ausentaron posteriormente sin permiso, según la nota oficial.

Los fallecidos regresaban a Valladolid, al parecer desde la localidad de Villanueva de Duero, por la carretera de Medina del Campo. A la entrada del barrio vallisoletano de Puente Duero existe un puente de piedra muy estrecho, al que se accede tras una curva cerrada. Antes de iniciarse el puente, cuya anchura no permite el cruce de dos automóviles, hay varias señalizaciones, una isleta de cemento y un semáforo. El coche cruzó la isleta por encima, no tomó la curva y fue derecho hacia un terraplén que cae hacia el Duero.

Los primeros datos permiten suponer que circulaba a bastante velocidad y que su conductor no se apercibió de la presencia de la isleta ni de la curva, puesto que no se observan maniobras para evitarlas. Tras precipitarse por el terraplén, el Land Rover se hundió parcialmente en las aguas del río. Las personas que primero descubrieron el accidente avistaron el coche debido a que sus luces permanecían encendidas. "Dimos aviso a la policía", comentó uno de ellos, "y asistimos después a un espectáculo horrible: ver allí metidos a seis jóvenes sin vida, cuyos cuerpos estaban ya fríos, puesto que debían llevar unas tres o cuatro horas en el Duero". Los hechos son investigados por el juzgado de guardia de Valladolid.

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