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El reflotamiento de Mafriesa y Propecsa entra de nuevo en vía muerta ante la paralización de ayudas oficiales

El plan de reflotamiento del matadero frigorífico gallego Mafriesa y la explotación agropecuaria Propecsa ha entrado en vía muerta como consecuencia de la paralización de las ayudas oficiales que, por importe de 1.100 millones, tiene comprometidas la Administración con Gestiber, sociedad gestora y actual propietaria de las dos antiguas empresas de Rumasa.Desde antes del verano, Gestiber viene manteniendo reuniones conjuntas e individuales con la Xunta de Galicia, la Dirección General del Patrimonio y el Banco de Crédito Agrícola (BCA), todos ellos organismos institucionales afectados por la reprivatización de Mafriesa y Propecsa. Según han señalado fuentes de los comités de empresa de estas sociedades, el caballo de batalla en las negociaciones con los distintos responsables de la Administración puede concretarse en 150 millones de pesetas. Esta es la cantidad que Gestiber ha solicitado en concepto de subvención como alternativa para levantar las hipotecas que pesan sobre Propecsa. El antiguo propietario de las dos sociedades, el grupo Páramo-Cotecsa, contrató créditos hipotecarios por importe de 300 millones de pesetas a nombre de Propecsa que posteriormente fueron destinados a Mafriesa, entidad incursa en un expediente de suspensión de pagos y cuyas actividades están paralizadas desde hace un año.

Para Gestiber, la salvaguardia de Propecsa es indispensable para la viabilidad de Mafriesa. Ambas fueron adjudicadas al grupo Páramo-Coctecsa en julio de 1985, que recibió más de 1.000 millones de pesetas en ayudas para el saneamiento, pero que no consiguió asegurar el reflotamiento del negocio. Dos años después, la Dirección General del Patrimonio se veía obligada a rescatar las acciones, interponer querella criminal contra su primer adjudicatario por presunta desviación de fondos y buscar un nuevo comprador, que resultó ser Gestiber. La segunda reprivatización de Mafriesa y Propecsa se llevó, a cabo el pasado mes de abril. Sobre el papel, Gestiber encontraba una perla en Propecsa, pero asumía un agujero de unos 1.200 millones en Mafriesa.

Próximas movilizaciones

Según los actuales propietarios, Gestiber negoció entonces un paquete de ayudas oficiales por valor de 1.100 millones de pesetas con los mencionados organismos oficiales. La Dirección General del Patrimonio respaldaba la habilitación de estos recursos, que deberían ser financiados por la Xunta de Galicia y el Banco de Crédito Agrícola. El Gobierno autónomo aportaría 190 millones de pesetas en distintos conceptos de subvenciones junto a un aval por valor de 280 millones de pesetas. El resto de los recursos, alrededor de 600 millones, correspondía a préstamos de la citada entidad de crédito oficial.Sin embargo, estas ayudas se encuentran paralizadas dese el momento en que Gestiber solicitó este verano una ampliación de la partida de subvenciones que ni la Xunta ni el BCA parecen dispuestos a asumir: "Ninguna de [as dos instituciones quiere dar el primer paso, por lo que, el uno por el otro, la casa sigue sin barrer", afirman los representantes sindicales.

Por otra parte, los cambios internos producidos este verano en Patrimonio -con la sustitución del antiguo director general, Prudencio García Gómez, por Francisco Zambrana- y en el BCA -donde Luis Tarrafeta relevó en la presidencia a Luis García de Blas- han ralentizado las negociaciones. Entre tanto, los comités de empresa, que ya habían alcanzado un acuerdo laboral con Gestiber para el redimensionamiento de las respectivas plantillas, han decidido pasar a la acción y preparan movilizaciones en Madrid y Santiago de Compostela.

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