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El abogado de Interior insiste en que el trabajador muerto en Reinosa tenía un tumor maligno

El abogado Jorge Argote, defensor de dos guardias civiles procesados por el caso Reinosa, ha declarado que en el juicio probará "que el tumor hallado en el cuerpo del trabajador Gonzalo Ruiz había iniciado una metástasis que afectaba al pulmón". El abogado considera que el informe emitido por el hospital Valdecilla, según el cual el quiste tenía carácter benigno, "fue muy poco riguroso y científico, y además parcial".

Argote, abogado del Ministerio del Interior, a quien EL PAÍS intentó ayer infructuosamente localizar en sus despachos de Madrid y San Sebastián, en declaraciones a Alerta critica el auto de procesamiento dictado por la Audiencia Provincial contra los guardias civiles intervinientes en el suceso que costó la vida al trabajador, y lo considera "de enorme gravedad, ya que instaura la responsabilidad objetiva en nuestro Derecho".Patólogos, forenses y biólogos que semanas antes habían intervenido en la autopsia y posterior estudio de los restos del trabajador muerto el 5 de mayo comparecieron en el Juzgado de Instrucción de Reinosa el 21 de octubre de 1987. Por separado, el juez Bugidos interrogó al catedrático de Anatomía Patológica de Valdecilla, Fernando Val Bernal; a la catedrática de Medicina Legal de la universidad de Zaragoza, María Castellanos, y a los biólogos del Instituto Nacional de Toxicología que analizaron algunas de las vísceras.

Val Bernal manifestó entonces que no consideraba probada la existencia del tumor pulmonar, tal y como afirmaron los biólogos del instituto, y se ratificó en el carácter benigno del quiste renal de 2,5 centímetros de diámetro hallado en la autopsia. La víctima murió, según aquél, por insuficiencia respiratoria y hepatorrenal. La doctora Castellanos, que asistió a la autopsia en calidad de observadora designada por la Guardia Civil y luego analizó los restos en su laboratorio de la universidad de Zaragoza, se ratificó en su informe, considerando que el tumor renal era maligno, si bien no fue la causa de su muerte.

La noticia del descubrimiento de este tumor fue, en su día, acogida con sorpresa por la médica de cabecera de Gonzalo Ruiz, Elena Díaz, y el doctor Choya, jefe médico de Forjas y Aceros, donde Ruiz trabajaba. Choya aseguró que el muerto tenía una vida laboral activa y el último reconocimiento rutinario revelaba un estado de salud normal.

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