Consternación general en Burgos y en Palencia
El ambiente festivo que reinaba en Burgos debido a sus fiestas patronales se vio ayer totalmente ensombrecido por la noticia de la muerte de Rosa de Lima Manzano, nacida en la localidad burgalesa de Villanueva de Gumiel.Las primeras noticias sobre la desaparición del helicóptero en el que viajaba comenzaron a circular la tarde del jueves en la plaza de toros donde se celebraba una corrida de feria. Allí se enteraron, entre otros, su hermano Alfredo y su ex marido Pedro Torres.
La esperanza de hallarla con vida, que se intercalaba con momentos de desaliento, se truncó hacia las cinco y media de la madrugada cuando el gobernador, Manuel Peláez, comunicó que el helicóptero había sido encontrado y que había un 90% de posibilidades de que sus ocupantes hubieran muerto.
Los compañeros de partido en Burgos, con los que Rosa Manzano inició su vida política, reflejaban ayer en sus caras la tensión vivida durante la espera y el pesar por el desenlace.
Su capacidad para enfrentarse a los retos, que le reconocen hasta sus adversarios políticos, le vienen a Rosa Manzano desde niña. Esperanza Para, su compañera de pupitre desde los ocho años hasta el PREU, recuerda de ella "la vehemencia con que defendía cualquier idea y su decisión: era una luchadora".
La muerte de Rosa de Lima ha causado gran consternación en Villanueva de Gumiel, localidad de unos 300 habitantes, donde residen algunos familiares de la fallecida.
Asimismo, el Ayuntamiento de Torquemada (Palencia), donde nació el diputado socialista Alberto Acitores, declaró ayer dos días de luto. La corporación municipal, que preside José Antonio López (PSOE), adoptó el acuerdo por unanimidad de todos los grupos. También decidió dar el nombre de Alberto Acitores a una plaza y el de Rosa de Lima a la casa de cultura.
Por otro lado, compañeros de Santiago Amón, fallecido en el mismo accidente, destacaron ayer, en decalaraciones a Antena 3, la personalidad de este crítico de arte. José Luis Balbín señaló que Amón tenía un corazón infantil, y un verbo avasallador prueba de su gran erudición.
Para el periodista Manuel Martín Ferrán "Santiago era un hombre que se hacía querer por todos los que trabajamos a su lado y en ese sentido estamos todos con el mazazo en la cabeza".
