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ACCIDENTE EN GUADARRAMA

El piloto hizo un vuelo visual

El helicóptero que transportó el pasado jueves a la reina Sofía a Aguilar de Campoo (Palencia) sobrepasó la sierra madrileña por el alto de los Leones, en vuelo instrumental guiado por los elementos de aeronavegación del aparato y del control aéreo, a una altura de unos 3.000 metros, ante "las malas condiciones meteorológicas existentes". El piloto que conducía el helicóptero siniestrado optó por un vuelo visual y sin ruta predeterminada, según datos oficiales, con lo que renunciaba al control e información desde tierra sobre altitudes mínimas u obstáculos en su camino.

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Santiago Aizpurúa, piloto del helicóptero siniestrado, un Ecureuil-F1 (Ardilla), eligió, ante la tormenta existente en torno a la sierra madrileña, según hipótesis manejada ayer por un portavoz de Tráfico, pasar por debajo de las nubes mediante un control visual del terreno, en vez de pasar sobre ellas en vuelo instrumental. Ambos helicópteros, el de la Reina perteneciente al ala 45 de las Fuerzas Aéreas y el accidentado correspondiente a la Dirección General de Tráfico, tenían un techo de vuelo similar, en tomo a los 4.000 o 4.500 metros. El accidente se produjo en torno a los 1.500 metros.Personas de la escuadrilla de helicópteros de Tráfico y del control aéreo de Paracuellos confirmaron que Aizpurúa en ningún momento solicitó a este último centro un vuelo instrumental, por lo que desde ese punto no se tuvo conocimiento alguno de la trayectoria. Personal del control aéreo de Paracuellos calificó la situación meteorológica en torno a la sierra de "mala, horriblemente mala", pero negaron que los aviones que aterrizaron o despegaron del aeropuerto de Barajas hubieran tenido problemas, dado que con su altitud de vuelo o con un desvío obviaron el problema.

Una hora más tarde

"El piloto, que tenía mucha pericia, salió confiado en un vuelo visual, a pesar de los informes meteorológicos, y en la sierra, se encontró lo que se encontró. Pero no se puede saber si es un error humano o un fallo mecánico", explica un controlador aéreo de dicho centro.

El Superpuma que transportaba a la Reina optó desde el primer momento por el vuelo instrumental para sobrepasar la sierra. Partió de la Zarzuela sobre las 10.30, una hora más tarde casi de que se hubiera estrellado el Ecureud-F1 y sin saber este dato.

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Fuentes conocedoras del vuelo del helicóptero real descartaron que éste se hubiera producido de vislumbrarse una situación meteorológica peligrosa. La Reina regresó a la Zarzuela por la misma vía sobre las 15 horas.

Fuentes militares aventuraron la hipótesis de que quizá Aizpurúa, con más de 10.000 horas de vuelo, intentó primero atravesar la sierra por Navacerrada y, a la vista del temporal, se desvió hacia el este, en dirección a La Cabrera, para seguir, visualmente, la carretera Nacional I.

El aparato siniestrado fue construido hace menos de dos años por la industria francesa Aerospatiale, tiene una autonomía de casi cuatro horas y su velocidad máxima es de 274 kilómetros por hora. El Superpuma de la Reina tiene una velocidad similar, pero mayor envergadura, que se traduce en que puede transportar a 24 personas, mientras que el Ecureuil-F1 sólo puede albergar a seis. El primero pesa más de cuatro toneladas, y el segundo algo más de una.

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