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El Departamento de Defensa de EE UU defiende que Carlucci, y no Shultz, firme el convenio con España

El Departamento de Defensa de EE UU defiende que el futuro convenio hispano-norteamericano debe ser suscrito por su titular, Frank Carlucci, y no por el secretario del Departamento de Estado, George Shultz, tesis que también es calificada de "lógica" en el departamento español de Defensa, según informan fuentes de la Administración española. De hecho, se argumenta, el nuevo convenio será casi exclusivamente de colaboración militar, ya que el resto de asuntos ha sido tratado aparte.

Los anteriores convenios han sido firmados siempre por los titulares de Asuntos Exteriores de ambos países y, hasta el momento, se había mantenido incluso la posibilidad de que el siguiente podía ser firmado por George Shultz aprovechando su próxima estancia en España para asistir a la reunión de primavera del Consejo Atlántico.

Ahora, sin embargo, no sólo no se sabe con seguridad quién firmará el documento sino, que, además, la negociación continúa "atascada" por problemas "de pequeño detalle".

Según han informado fuentes diplomáticas españolas esos problemas impedirán, en cualquier caso, la posible firma del nuevo texto por parte de Shultz -si es éste quien lo suscribe finalmente-, ya que las negociaciones no habrán concluido entonces. Pese a que George Shultz anticipó en dos días su viaje a la capital española, donde asistirá el 9 y 10 de junio a la conferencia atlántica, y pese también a los deseos de ambas partes por concluir "cuanto antes" la negociación, poniendo fin al actual período de interinidad jurídica -el convenio anterior estaba vigente hasta el pasado 14 de mayo-, la firma del nuevo convenio se retrasará aún "algunas semanas", según las mismas fuentes.

La visita que Shultz realizará a Madrid a partir del próximo martes, día 7, "no significará, casi con toda probabilidad" que durante su estancia vaya a firmarse el nuevo convenio, dijo ayer un portavoz diplomático español.

Cuestiones calificadas como menores" retrasarán esta firma, en opinión de la misma fuente, que recordó una frase pronunciada por el ministro español de Asuntos Exteriores Francisco Fernández Ordóñez según la cual "el demonio está en los detalles".

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Visita de Shultz

Shultz llegará a Madrid en la tarde del día 7, y el miércoles mantendrá encuentros con el Rey, Felipe González y una conversación de trabajo con su colega español Fernández Ordóñez.Las fuentes consultadas por este periódico consideran que los "detalles más nimios" que aún son objeto de negociación ni siquiera serán tratados entre Fernández Ordóñez y Shultz, que tendrán ocasión de encontrarse también brevemente mañana en Bruselas, donde el secretario de Estado norteamericano informará a los aliados sobre el encuentro entre Reagan y Gorbachov.

El principal escollo político en la negociación, que aún ayer proseguía en el palacio de Santa Cruz, consistía en la introducción en el texto del convenio de una prohibición expresa para "almacenar, instalar o introducir" armas nucleares en territorio español. Esta cláusura acabó siendo aceptada, a regañadientes, por los americanos. Sin embargo, una vez superado este escollo principal surgieron multitud de pequeñas diferencias en torno a temas legales.

Aunque algunas de estas divergencias ya están solventadas, otras se mantienen. La titularidad de quien contrate al personal que trabajará en las bases militares es, en la actualidad, uno de los principales obstáculos para una rápida firma del convenio, al exigir la parte española que sea el Ministerio de Defensa, y no Washington, quien realice las contrataciones. También existen otras diferencias "de detalle" en temas jurisdiccionales (custodia de puertos, salariales) y económicos, como el pago de tarifas en puertos y acropuetos. Tampoco se ha llegado aún a un acuerdo en lo referente al preaviso para el aterrizaje de aviones que la parte norteamericana quisiera reducir a 24 horas, mientras la española desea mantenerlo en 72 horas.

Fecha imprevista

Las fuentes del Palacio de Santa Cruz consultadas por este periódico no se atrevieron a pronosticar una fecha siquiera aproximada en la que el nuevo convenio podría finalmente firmarse.También admitieron estas fuentes que ni siquiera ha llegado a plantearse quiénes serían los firmantes del nuevo convenio, si los ministros o simplemente los cabezas de las delegaciones negociadoras (el embajador Reginal Bartolomew y el ex secretario general del Ministerio de Exteriores, Máximo Cajal). "Esta es una cuestión irrelevante para nosotros", dijo un representante diplomático español, que sin embargo, admitió que "lo lógico" sería que el convenio fuese suscrito al máximo nivel posible.

La ausencia de Fernández Ordóñez, quien acompañará a los Reyes a Australia desde el próximo día 11 hasta finales de junio, es, reconocen en el Palacio de Santa Cruz, "otro dato" para evaluar cuándo podría firmarse el texto, que, además, no será ratificado por las Cortes hasta el otoño.

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