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El fiscal aprecia indicios delictivos en la actuación de la Guardia Civil en Reinosa

El fiscal José Ignacio Tejido ha elevado a la Audiencia de Santander las actuaciones contra los guardias civiles que en la tarde del Jueves Santo de 1987 dispararon gases tóxicos al interior de un garaje particular en Matamorosa (Reinosa), gases cuya inhalación costó la vida al trabajador Gonzalo Ruiz. El fiscal aprecia que puede haber indicios criminales en la actuación de los agentes. La noticia fue adelantada ayer por el periódico Alerta.

Tejido fue designado por el fiscal jefe de la Audiencia Provincial, Lucio Valcarce, para inspeccionar las diligencias previas del caso. Gonzalo Ruiz, de 33 años, trabajador de Forjas y Aceros, se había refugiado en el local tras sufrir un pelotazo de goma, igualmente lanzado por los agentes, que le fracturó huesos de la nariz. Teniendo en cuenta el fuero de los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, el procesamiento corresponde exclusivamente a la audiencia. Valcarce contó a este periódico que "en un sistema acusatorio, como el que rige en España, las peticiones fiscales suelen ser atendidas por la audiencia, aunque ésta siempre es soberana".El fiscal jefe informó de que el plazo para solicitar el auto es difícil de determinar, "aunque será cuestión de uno o dos meses". Con independencia de las actuaciones del ministerio fiscal, las distintas partes personadas (la Asociación contra la Tortura, el colectivo de abogados y procuradores de Reinosa y la viuda) tienen que hacer la correspondiente calificación sobre aquellos hechos, y podrían asimismo pedir el procesamiento incluso de los mandos de las fuerzas antidisturbios, si así lo estimaran.

El 3 de julio de 1987 el juez instructor Mauricio Bugidos, en la actualidad destinado en Carrión de los Condes (Palencia), tomó declaración a cinco guardias de segunda, adscritos a la 509ª Comandancia Móvil de la Guardia Civil, con base en Logroño, sobre su presunta participación en los hechos.

Caída

Vestidos de paisano, comparecieron en aquella ocasión Juan Carlos de Dios Martín, Óscar Porto de la Guardia, Andrés Galloso Ferrera, Jorge Antonínsen y Eugenio Legasa Herrera.Posteriormente, el 1 de octubre, Bugidos interrogó a otros guardias, al capitán Alvaro Gutiérrez y al teniente coronel Pablo Monje Minguillón, que mandaba las fuerzas antidisturbios en Reinosa durante la Semana Santa en que se produjeron los violentos enfrentamientos entre aquéllas y los trabajadores.

Respecto al más grave episodio de la lucha en las calles, el que determinó la muerte de Gonzalo Ruiz, Monje declaró al juez que el trabajador se había caído a la entrada del garaje produciéndose un corte en la nariz.

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Según su testimonio, los guardias antidisturbios que lo condujeron al acuartelamiento avisaron a un médico de la Seguridad Social para que asistiera al herido en el acuartelamiento; sin embargo, nadie acudió en su ayuda y, al salir por su propio pie hasta el centro de la ciudad, Gonzalo Ruiz declararía a un compañero de trabajo que los guardias le habían dado una paliza y en su presencia ninguno de ellos solicitó los servicios de un médico.

Monje precisó que días después de la muerte de Gonzalo Ruiz, según los forenses por la inhalación de gases tóxicos que destruyeron sus pulmones, había tenido una nueva y más completa información sobre lo sucedido; según sus datos, después del episodio del garaje acudieron personas desconocidas que rompieron los cristales y arrojaron botes de humo en su interior.

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