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Calvo Sotelo declara en el juicio de la colza que culpó a los ayuntamientos porque eran de la oposición

Leopoldo Calvo Sotelo, de 61 años, presidente del Gobierno con UCD cuando apareció el síndrome tóxico, en 1981, declaró ayer como testigo en el juicio de la colza, que se celebra en el Auditorio de la Casa de Campo de Madrid desde el 30 de marzo de 1987. Calvo Sotelo indicó, a preguntas de los letrados acusadores y defensores, que en el debate celebrado en el Congreso en septiembre de 1981 sobre la intoxicación masiva acusó de responsabilidad a los ayuntamientos porque estaban en manos de la oposición política. También comparecieron ayer los ex ministros Jaime Lamo de Espinosa (UCD) y Ernest Uuch (PSOE).

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Gran parte de la intervención del ex presidente se centró en los de bates parlamentarios sobre el síndrome tóxico. Preguntado por la responsabilidad del Gobierno y la petición de reprobación de cinco ministros planteada por la oposición (entonces el PSOE), Calvo Sotelo dijo textualmente ante el tribunal:"Yo subrayé [en el debate del Congreso] la importancia de la presunta responsabilidad municipal por el hecho de que la mayor parte de los ayuntamientos estaban en manos de la oposición, y, por tanto, en una dialéctica política era normal que se dijera: 'No me vengan ustedes con la viga y la paja, porque ustedes tienen como partido de la oposición muchos ayuntamientos, y éstos tienen una responsabilidad Por tanto, quítense primero la viga municipal y verán luego mejor la paja gubernamental'. Hay que entender las intervenciones parlamentarias como son, es decir, intervenciones esencialmente políticas en las cuales la dialéctica política prevalece sobre lo que debe haber, y hay sin duda en esta sala, que es la búsqueda de la verdad. Todo el mundo sabe que en los Parlamentos antes que la verdad se busca la eficacia en el ataque al adversario político" Calvo Sotelo negó tener responsabilidad por el envenena miento, rechazó que hubiera or denado que se investigaran hipó tesis alternativas a la del aceite como causa de ra enfermedad y afirmó que el Gobierno fue rigu roso al informar del numero de afectados y de fallecidos. El expresidente, que vestía un traje gris, contestó durante hora y media, con soltura y no poca ironía en ocasiones, a las pregun tas que le fueron formuladas Calvo Sotelo insistió en su falta de responsabilidad por la trage dia. "Se hizo lo mejor que se supo hacer en cada momento" dijo. Calvo Sotelo negó que en 1981 hubiera una permisividad oficial al fraude del aceite de oli va. "Tengo", agregó, "incapaci dad personal para coexistir pací ficamente con situaciones irregulares o de ilegalidad". El ex presidente rechazó también que poseyera indicios de que la enfermedad pudiese haber surgido por una experimentación o accidente vinculado a una potencia extranjera (la defensa pretende que el envenenamiento fue consecuen-cia de un accidente en una investigación de las bases militares estadounidenses en España sobre armas químicas).

La entrada en la OTAN

Casi al final de la intervención del ex presidente, el abogado defensor de uno de los principales acusados preguntó: %La incorporación de España a la OTAN y el modo y momento en que se produjo tiene algún punto de conexión con la aparición del síndrome tóxico y la causa que los produjo?"Calvo Sotelo replicó: "Le contesto con claridad y de manera rotunda: No. Ni tiene, ni podía tener. La entrada de España enla Alianza Atlantica fue propuesta por mí en el discurso de investidura en el Congreso de los Diputados, el 18 o 19 de febrero. Luego se han atribuido decisiones o propósitos que anuncié allí a una serie de causas posteriores como el golpe del 23 de febrero, que fue cuatro días posterior al anuncio formal por mí, como candidato a la presidencia, de hacer lo necesario para incorporarse a la OTAN. El síndrome tóxico llegó dos o tres meses depués. Comprendo, perdóneme la ironía el señor presidente, que como no está de moda cumplir lo que se promete en el discurso de investidura, sorprenda que yo haya sido un presidente que ha cumplido lo que prometió. Prometí que entraríamos en la Alianza, antes del síndrome tóxico y antes del golpe de febrero, y lo llevé a cabo".Tras Calvo Solelo, declaró durante media hora el ex ministro de Agricultura Jaime Lamo de Espinosa, quien derivó la responsabilidad de controlar la venta a granel del aceite a los ayuntamientos.

Lamo, como Calvo Sotelo anteriormente, dijo que existía el convencimiento de que el aceite era el causante del envenenamiento, pero añadió que se investigaron otras hipótesis y concretamente al conocer la del doctor Antonio Muro -que achacaba el síndrome a un plaguicida arrojado sobre una plantación de tomates-, pidió al servicio contra plagas que investigara la hipótesis. Este servicio contestó que esa teoría no tenía fundamento.

Ernest Lluch, ex ministro de Sanidad con el PSOE, afirmó durante su declaración que autorizó al doctor Muro para que investigara los pesticidas y se le facilitaron los medios apropiados para ello. Lluch añadió que siempre hay que estar abierto a cualquier posibilidad, y que no estaba dispuesto a que se pudiera cometer un error como en el caso de Galileo Galilei.

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