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Rescatados a 15 kilómetros de un poblado los dos españoles perdidos en el desierto de Mali

Jorge Juste y Hoiracio Sainz fueron rescatados a última hora del miércoles en el desierto del Sáhara, en Mali, tras permanecer cinco días perdidos y con el coche estropeado. El estado de ambos, del equipo Prosegur-El Globo en el Rally París-Dakar, es bueno. Sobrevivieron gracias a las provisiones de comida y agua que llevaban cuando iniciaron el sábado la etapa Lemjebir-Tombuctú. Mientras esperaban el rescate, ignoraban que había un poblado a 15 kilómetros. Por otra parte, una mujer y un niño murieron ayer a 25 kilómetros de Rosso (Mauritania), al ser atropellados por un coche del equipo que filma imágenes de la prueba.

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Cuando los equipos de rescate los localizaron, la prirnera preocupación de Juste y Sainz fue la de que la noticia llegara rápidamente hasta sus famliares. "Estábamos más preocupados por la incertidumbre que tendrían ante nuestra situación que por nosotros mismos", afirmaron a Luis Fidalgo, enviado especial de El Globo, que viaja en un coche de apoyo del equipo junto a Sirio Sainz, hermano (te Horacio, siguiendo una ruta paralela a la del rally.Fidalgo y Sirio Sainz fueron los que dieron la voz de alarma de que se habían perdido sus compañeros. Según comunicaron a la familia de Horacio, "la organización se desentiende de los participantes que no llegan a la meta Iporque ha habido casos en que abandonan sin avisar. Hasta que se comunica oficialmente una desaparición, nadie se pone en marcha". La pareja española de apoyo comenzó a alarmarse cuando Juste y Sairíz no habían aparecido al término de la etapa del sábado. Como el rallly y continuó su marcha, no pudieron entablar contacto con la organización hasta días después, ya que las comunicaciones, cuando no son imposibles, resultan difíciles. Fue a partir de ese momento cuando se inició la búsqueda de la pareja española.

Avería y pinchazo

Una avería en el sistema eléctrico y el pinchazo de una rueda fueron las causas de la pérdida, a 214 kilómetros de Tombuctú, en una pista militar que Juste y Sainz habían elegido como camino alternativo para bordear una gran cadena de durías a 15 kilómetros ¿le un pozo llamado Bou Djebelia. Ellos no supieron en ningún momento que a 15 kilómetros de allí había una pequeña población alrededor del pozo citado. La pista militar estaba perfectamente balizada, pero se encontraba llena de restos de neumáticos debido a las piedras con aristas que había en e] recorrido. Sufrieron un pinchazo y, cuando lo repararon, el coche no volvió a arrancar.

Juste y Sainz habían organizado bien sus condiciones de supervivencia. La primera dificultad con que se toparon fue que, al conectar la baliza y dispararse automáticamente la antena, ésta, que es de material plástico, se partió. La repararon como pudieron y, sin saber si funcionaba bien o no, estuvieron conectándola por el día y apagándola por la noche.

Tenían una garrafa con siete litros de agua. Además, llevaban seis raciones de comida, consistentes cada una en dos pedazos de queso, dos galletas, dos rebanadas de pan, una pequeña bolsa con frutos secos y dos pequeñas latas con una bebida que contiene sales y vitaminas.

Al día siguiente prendieron fuego a la rueda que se había pinchado, mientras continuaban tratando de reparar la avería eléctrica. Con el capó del coche se habían construido un pequeño vivac con dos compartimentos y todo lo que tenían a mano para cubrirse en las horas de mucho calor y por la noche. Estaban a punto de tomar la decisión de quemar el coche, sacando antes el agua del radiador para poder beberla en caso de necesidad, cuando fueron recogidos. En ese momento todavía les quedaban tres litros de agua, aunque ya no tenían comida. El jefe de los equipos de rescate del rally, Jean Claude Longeard, dijo que, cuando los encontró, Juste y Horacio le aseguraron que era el día más feliz de su vida.

Juste y Sainz, una vez rescatados, fueron trasladados a Tombuctú. La tarde de ayer la dedicaron a intentar reparar el vehículo, lo que, según fuentes familiares, consiguieron. Así, su propósito es desplazarse con él a Bamako y allí tomar un tren que los traslade a Dakar, donde hoy finaliza la prueba y a donde esperan llegar el domingo. Los dos españoles, que se encontraban muy bien, descartaron viajar por vía aérea a Dakar. Una vez allí, embarcarán el coche e iniciarán el regreso, ya en avión, a España.

Inmaculada Vela, esposa de Horacio Sainz, recibió ayer una llamada telefónica de su marido desde Tombuctú. El sonido era muy deficiente y sólo pudo escucharle: "Estoy bien, estoy bien; no te preocupes por mí, que estoy perfectamente". Inmaculada tuvo su segunda hija el pasado viernes y ha hecho llegar hasta Dakar fotografías de ella, de nombre Marta, para que su padre la conozca en cuanto llegue.

Por lo que respecta a la familia de Juste, su esposa, María Menchaca, y una hermana de Jorge, Bibiana, se encuentran desde hace días en Dakar a la espera de su Regada. Ya tenían previsto, antes de que se extraviaran los dos pilotos españoles, hacerles allí el recibimiento. Cuando ambas iniciaron el viaje, vía Las Palmas, desconocían la suerte que corría Jorge Juste. Las dos ya conocen el feliz desenlace del suceso.

Dos muertos más

Un despacho de Reuter, datado en Richard Toll, informó anoche de la muerte de dos periodistas seguidores del rally en un accidente. Los organizadores no pudieron confirmarlo en principio en Dakar, mientras que en París apuntaban la hipótesis de que en todo caso, se hubiera tratado de dos espectadores. Finalmente, France Press, desde Dakar, ratificó que las víctimas eran una mujer y un niño, atropellados por un coche de Sierra Production, el equipo encargado de filmar la prueba, a 25 kilómetros de Rosso (Mauritania). Ya son seis los muertos en esta edición y 26 los fallecidos en su historia.

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