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España instala en la Antártida una base destinada a la investigación

El verano austral, correspondiente a nuestro invierno, será crucial para la presencia de España en la Antártida. En dicho período, una expedición científica instalará una base en la isla de Livingstone, del archipiélago de las Shetland del Sur. Los trabajos de investigación no sólo se realizarán en la base, sino a bordo del Río Baker, el barco que le dará apoyo logístico. La operación es coordinada por la Direccion General de Cooperación Técnica Internacional, e incluye, entre otros, al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a varios organismos militares, en especial de la Armada, así como al Instituto Español de Oceanografía y al Instituto Geográfico Nacional.Pese a su interés científico, la iniciativa está subordinada a un fin diplomático. Desde 1982 España es parte adherente -país observador- del Tratado Antártico, que regula la actividad en el continente. Es muy probable que los países firmantes de dicho acuerdo -que debe revisarse en 1991- administren la futura explotación de los importantes recursos mineros y marinos de la Antártida. Por este motivo, España aspira a la categoría de miembro consultivo, es decir, con derechos plenos. Para conseguirlo, debe acreditar una importante presencia científica en la Antártida y, muy especialmente, contar con una base allí.

Con este fin, los días 9 y 10 de diciembre el barco polaco Antoni Garnuszewski embarcaba en Vigo el módulo de laboratorio de la base española, fabricado en Barcelona, y el equipo; la nave había cargado previamente en Helsinki el módulo de vivienda, fabricado en Finlandia. Estos dos módulos, con una planta de aproximadamente 14 y 88 metros cuadrados, respectivamente, constituirán el edificio.

A finales de este mes, y en Montevideo, se embarcarán en el buque polaco los nueve primeros expedicionarios: cinco científicos del CSIC y cuatro miembros del equipo de mantenimiento, incluyendo el jefe de la base, el teniente coronel de ingenieros Jaime Ribes Lorda. El Antoni Garnuszewski llegará a la isla de Livings tone entre el 4 y 6 de enero. Si no hay problemas, la base se instalará en menos de una semana.

A fines de febrero debe llegar a la zona el otro barco, el Río Baker. Éste, además de llevar 22 científicos, que trabajan a bordo, actuará como navío de abastecimiento y realizará el relevo de la base. El CSIC prevé rotar tres equipos científicos en la temporada, pero el personal de mantenimiento se mantiene toda la temporada. La instalación está concebida, en principio, como una base de verano, y se prevé su cierre desde fines de marzo hasta acabeir el invierno austral.

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