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La empresa cultural catalana Xarxa eludió el pago del impuesto sobre transmisiones

La empresa catalana Xarxa Cultural, SA, que está siendo investigada por el Ministerio de Trabajo (véase EL PAÍS de ayer), se ha financiado con ayudas y subvenciones oficiales, pero ello no ha impedido que eludiera el pago de impuestos. Xarxa se dedica a la venta por catálogo de productos culturales y artesanales catalanes y está apoyada por 25.000 socios que creen defender así el nacionalismo catalán.

Xarxa Cultural, SA, ha eludido el pago de algunos de los impuestos generados por la compra de un nuevo edificio y por cuya adquisición debería haber abonado a Hacienda más de tres millones de pesetas. Xarxa Cultural, SA, evitó el pago de estas cargas mediante una complicada operación mercantil que se inició en el verano de 1985, cuando la Asociación Xarxa Cultural -firma instrumental vinculada a la sociedad anónima- adquirió en el centro de Barcelona un edificio por el que se comprometió a pagar 76.310.000 pesetas a sus propietarios, un grupo de cajas de ahorro catalanas.El hecho de que la firma compradora, Asociación Xarxa Cultural, fuera una entidad declarada oficialmente de interés público, le eximió del pago de los impuestos de transmisión, que, según uno de los directivos, ascendían a unos tres millones de pesetas. Efectuada la compra, la sociedad instrumental cedió la propiedad del inmueble a la entidad mercantil Xarxa Cultural, SA, según se desprende de la ficha del registro a la que ha tenido acceso EL PAÍS. A cambio de esta operación, la Asociación Xarxa Cultural recibió 26.000 acciones de la empresa Xarxa Cultural, SA. La operación se efectuó por acuerdo de la junta directiva de ambas sociedades, de composición idéntica.

Con esta maniobra mercantil se cumplieron dos objetivos: eludir el pago de los impuestos por la compra del edificio y ampliar el capital social de Xarxa Cultural, SA, que pasó de tres millones de pesetas a 29 millones. Esta ampliación de capital social era, a su vez, uno de los requisitos imprescindibles requeridos por el Ministerio de Trabajo a Xarxa Cultural, SA, para que pudiera acceder a una subvención a fondo perdido de 63.300.000 pesetas otorgada por el Consejo de Ministros en 1985. Los responsables de Xarxa Cultural, SA, han reconocido a este diario que la operación tuvo como fin eludir el pago de los impuestos de transmisiones y han alegado que la misma les fue aconsejada "desde Madrid".

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