_
_
_
_
_
DIÁLOGO Y LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

El jefe de los GAL que juzgará hoy la Audiencia Nacional sigue en Tailandia

Ismael Miquel Gutiérrez, el jefe del comando de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) cuatro de cuyos integrantes serán juzgados hoy en la Audiencia Nacional por el asesinato del súbdito francés Robert Caplanne, continúa detenido en una prisión de Tailandia bajo el nombre supuesto de Antonio Solero. Los magistrados han rechazado la petición presentada por el abogado querellante, que reclamaba la suspensión de la vista en espera de que Miquel Gutiérrez, el responsable del comando, fuera trasladado a España.La carrera delictiva de Ismael Miquel Gutiérrez se inició en junio de 1976, cuando fue detenido, en compañía de su hermano Javier, acusado de los delitos de robo a mano armada, falsificación de documento oficial y mercantil y placa de vehículo. Esta detención fue el inicio de una larga y fructífera colaboración con las fuerzas de orden público, que a partir de aquella fecha le contrataron como confidente.

Más información
Los Gobiernos de España y de Francia negocian un convenio sobre extranjeros ilegales
Ardanza, a favor de una fórmula para la reinserción de los terroristas con delitos de sangre
Un tribunal de Pau decide conceder la extradición de tres presuntos miembros de ETA

Triple personalidad

Miquel Gutiérrez ha vivido durante más de 10 años a caballo de una triple personalidad. Hijo de una familia de clase media acomodada, estudió el bachillerato sin excesivo éxito y acabó convirtiéndose en un discreto decorador de tercera categoría, con escaso éxito y muy pocos clientes. Como delincuente nunca pasó de los golpes de poca monta. Sin embargo, logró triunfar como confidente.

La peripecia vital de Ismael Miquel se quebró en el otoño de 1985, cuando con un grupo de amigos y colaboradores, entre los que se encontraba el ex empleado de una videoteca, formó un comando de los GAL. Durante cerca de dos meses, el grupo planificó su primera acción, que culminó el 24 de diciembre de 1985 en Biarritz, al disparar sobre el francés Robert Caplanne, a quien confundieron por error con un refugiado etarra llamado Enrique Errasti.

Ismael Miquel huyó de España, mientras que los miembros del comando eran detenidos en una operación relámpago, iniciada en Andorra, donde habían alquilado un vehículo para trasladarse al País Vasco francés. Meses más tarde, un funcionario de policía con el que había colaborado recibió desde Tailandia una carta en la que Ismael Miquel le desvelaba su penúltima aventura y le solicitaba su ayuda.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Ismael Miquel había sido detenido en Bangkok, capital de Tailandia, cuando intentaba comprar un alijo de heroína a un piloto de aviación. Ismael, que escondía su verdadera personalidad con el nombre de un empleado de su taller de decoración, pretendía que la policía saliera en su defensa y confirmara que se hallaba en aquel país desempeñando un servicio para España. Pero Ismael ha tenido que contentarse con un hermético silencio policial, con una dura condena dictada por los jueces de Bangkok y con la esperanza de un indulto que se prevé para el próximo viaje de los Reyes de España a Tailandia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_