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José Fernández Sánchez

La Unión de Escritores de Moscú le ha otorgado el Premio Pushkin

A pesar de su escasa estatura, sus andares serenos y a menudo vacilantes -una reciente operación de cataratas dificulta su visión-, José Fernández Sánchez desprende una gran fuerza al hablar salió a los 12 años de España junto a otros niños y no regresó hasta 1971. El próximo día 6 viajará a Moscú para recibir de la Unión de Escritores el Premio Pushkin, galardón que conmemora el 150º aniversario de la muerte del escritor más José Fernández Sánchez tiene 62 años; nació en Ablaña, una pequeña localidad asturiana centro de la cuenca minera. Su familia era socialista; su padre, un obrero laminador. Actualmente trabaja en la Biblioteca Nacional, pero cuando regresó a España sin recursos y con 40.000 pesetas en el bolsillo tras estudiar en la URSS bibliografía y haber trabajado en la Biblioteca Lenin de Moscú y traducido al castellano a escritores rusos, en España "pasamos momentos de privación absoluta. En casa no había dinero ni para comprar el periódico, cuando toda mi vida había leído tres o cuatro diarios. A pesar de ello hubo gente que nos ayudó". Recuerda que a su esposa, Gala, le costó adaptarse a esta nueva vida en España, ya que en la URSS los traductores están bien pagados y "teníamos un cierto nivel de vida".A pesar de que su vida se ha desarrollado en la URSS, su mujer es rusa y sus dos hijos Natalia y Dimitri, nacieron allí, José Fernández nunca ha dejado de sentirse español. Con un cierto aire de tristeza indica que "la condición de emigrado no desaparece jamás de tu vida. Simplemente te adaptas a las circunstancias y aceptas lo que llega, pero siempre eres un emigrado, una condición especial que se queda en el alma". Además de haber traducido obras de grandes escritores rusos al castellano -entre otros, a Turgueniev, Tolstoi, Dostoievski, Solojov y a Pushkín-, también ha escrito obras como Viajeros rusos por la España del siglo XIX, y el último, un libro de memorias, Mi infancia en Moscú, que será publicado muy pronto. El Premio Pushkin tiene un significado importante para él. "En la Unión Soviética el poeta es más que un poeta; el pueblo se identifica con Pushkin".

Miembro del Partido Comunista de España hasta 1971, dice que jamás tuvo un trato personal con Dolores Ibárruri ni con otros dirigentes comunistas. "Cuando regresé a España nadie contó conmigo. Que no sea miembro del partido comunista no quiere decir que haya cambiado de pensamiento. No me considero político porque mi carácter no es así, pero la política es parte sustancial del hombre y por ello no creo que haya un ser apolítico".

Mientras trabajaba como traductor en Radio Moscú conoció a Matías Prats durante un encuentro de baloncesto, y afirma que le ayudó mucho para obtener el permiso de vuelta a España. Fernández lamenta no haber podido agradecérselo personalmente y explica que guarda un gran recuerdo de sus conversaciones en Moscú: "Un hombre honesto y generoso".

Allí quedaron recuerdos y personas; su hermano menor, Joaquín, murió en la guerra, y su hija Natalia se casó en Moscú. "De mi hermano me separé a los 18 años; tomamos caminos distintos en un país tan extenso y jamás volví a verle. Años después me enteré de su muerte".

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