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GALICIA

Caos en el hospital Xeral de Vigo por huelga de limpiadoras

Al cumplirse una semana de la huelga convocada por los trabajadores de la limpieza del hospital Xeral de Vigo, la situación del centro es caótica. Sólo la intensificación de los servicios mínimos ha permitido un alivio durante el pasado fin de semana. En algún momento se habló incluso de la posibilidad de cerrar el hospital, y, de hecho, servicios como urología y neurocirugía están casi paralizados.

Para hoy, lunes, están previstas reuniones de médicos, por un lado, y de los trabajadores con el nuevo responsable del servicio, por otro. Los 90 trabajadores en huelga -en su mayoría mujeres- reclaman la equiparación salarial con el personal subalterno del Insalud tal y como ocurre en otros hospitales públicos de Galicia.Esta tercera fase de la huelga fue precedida de dos paros de cinco días de duración, desde el 17 de diciembre. Pero las protestas no surtieron efecto y se llegó así al 27 de enero, que marcó el comienzo de una nueva huelga de 11 días de duración, que concluirá el 6 de febrero si antes no se encuentra una solución.

Al cabo de los primeros cuatro días la acumulación de bolsas de basura llegó a impedir, en algún caso, incluso el funcionamiento de los ascensores. Al quinto día el Gobierno Civil de Pontevedra fijó unos servicios mínimos para 30 trabajadores -otros mínimos habían sido establecidos con anterioridad por el comité de huelga- muy criticados por los huelguistas pero que han permitido en principio la retirada de la mayor parte de las bolsas de basura.

El viernes se adjudicó también la contrata del servicio de limpieza a una nueva empresa, Inserhing, SA, por una oferta de 167 millones de pesetas. El delegado de esta empresa afirmó que la huelga tenía solución. "Pensamos que podemos asumir las reivindicaciones de los trabajadores", dijo. Hoy se verá si esto es así, aunque el empresario tendrá que negociar con los responsables del Insalud, cosa que no pudo hacer el viernes al estar ausente el director provincial.

Para el director médico del hospital, Julio Beiras Torrado, se tardarán varios días, con la actual plantilla de mínimos, en conseguir unos niveles aceptables de funcionamiento en el centro. Las zonas más preocupantes por ser potenciales focos de propagación de infecciones -cocinas y áreas quirúrgicas- están relativamente bien acondicionadas, según su opinión, pero ése no es el caso de las zonas de hospitalización con más de 500 enfermos.

"Esto parece una cuadra en vez de un hospital". "Venimos a curarnos y no a estar en medio de la basura". "Éste es un hospital de guerra, tercermundista, y hay un olor tremebundo en la zona de laboratorios y quirófanos", son algunas de las expresiones empleadas por enfermos y familiares, mientras el comité de huelga se encara con quienes quieren echar una mano para retirar las bolsas. "Si hacen eso nos quitan el único arma que poseemos. Por eso preferimos que nos contesten mal y que nos llamen guarras, afirma una portavoz de los trabajadores.

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