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Joaquim Chissano sucede a Samora Machel como presidente de Mozambique

Joaquim Chissano, aclamado por el Comité Central del Frente de Liberación dé Mozambique (Frelimo) y por la multitud en las calles de Maputo, fue designado ayer nuevo presidente de la República Popular de Mozambique. El Comité Central del Frelimo, partido en el poder desde la independencia de Mozambique, no necesitó más de una hora para ratificar la propuesta del buró político, y eligió a Chissano, hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores, como presidente y, en consecuencia, jefe del Estado y cabeza de las Fuerzas Armadas.

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Pasión razonable

Parece confirmarse que el delfin de Samora Machel fue elegido como nuevo presidente inmediatamente después de confirmada la muerte del fundador del régimen el pasado 19 de octubre, al estrellarse su avión en circunstancias aún no totalmente esclarecidas en territorio surafricano. Hombre de la continuidad, Chissano retomó, en su primer discurso de Estado, los grandes temas de la política de Samora Machel: unidad nacional, lucha contra el racismo y el tribalismo y construcción del socialismo.El ritual en vigor en vida del líder fallecido fue escrupulosamente respetado cantando una canción del tiempo de la guerrilla, Chissano ocupo, por primera vez, la tribuna presidencial, para dirigirse al país a través de la radio.

En la sala, estaban todos los dirigentes del partido, del Gobierno, de la Comisión Permanente de la Asamblea Popular y de los altos mandos militares. Afuera, había una muchedumbre, que comenzó a concentrarse al principio de la tarde y que deparó una recepción delirante al nuevo líder cuando éste se asomó a la calle.

Olvidadas las horas de duelo y lágrimas, en la noche tibiade un día verdaderamente veraniego, los sonidos de los tambores africanos llamaron a la población a cantar y danzar para "transformar el dolor y el odio en fuerza para la lucha", como rezaba una de las pancartas exhibidas por el público.

La sensación de alivio, después de las dos semanas dramáticas que Mozambique acaba de vivir, ha sido reforzada por el tono, sereno y firmó, ofrecido por el nuevo líder.

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Fueron escuchadas con especial atención las palabras con las que Joaquim Chissano se refirió la las tareas más urgentes que debe emprender ahora el país, y más particularmente a la recuperación de la economía.

Saneamiento económico

Chissano lanzó el desafío del saneamiento económico que precisa acabar con la mala gestión, el despilfarro, la corrupción, el mercado negro. Ofreció garantías al sector privado, nacional y extranjero, siempre que quiera cumplir un papel positivo para el desarrollo de la joven nación.La última parte del discurso presidencial de Joaquim Chissano estuvo dedicada a las Fuerzas Armadas, y también trazó directrices para mejorar su calidad y organización.

En materia de política exterior, y al margen de la reafirmación de la voluntad de mantener lazos de cooperación con "los partidos marxista-leninistas y los países socialistas", el nuevo líder puso énfasis sobre el no alineamiento de su país y el deseo de relacionarse "con todos aquellos que quieran colaborar" en la reconstrucción de Mozambique.

Chissano condenó enérgicamente el régimen del apartheid, pero no hizo ninguna referencia implícita o explícita a Pretoria para implicar a Suráfrica en la muerte de su antecesor. El nuevo líder recordó que Machel había muerto "en misión de paz".

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