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Los médicos contra la guerra piden a EE UU que cesen las pruebas nucleares

Los delegados que asisten en Madrid al Il Simposio Europeo de la Asociación de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear han enviado una carta a los jefes de Gobierno de todos los países de Europa para que presionen sobre Estados Unidos, a fin de que se prohíban lo antes posible las pruebas nucleares. Dicha medida trata de crear el clima de cooperación necesario para que el "casi acuerdo" al que se llegó en Reikiavik entre el presidente norteamericano, Ronald Reagan, y el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, cree un marco duradero para la paz en el mundo.

En su carta, los médicos que asisten al simposio señalan que la reunión de Reikiavik constituyó a la vez un éxito y un fracaso, porque, si bien los dos dirigentes se manifestaron conformes en eliminar totalmente los arsenales nucleares de las dos superpotencias, sólo un problema impidió que se llegase a este acuerdo: la instalación de armas en el espacio, referencia directa a la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), comúnmente conocida como guerra de las galaxias. El hecho de que los dos dirigentes hayan reconocido que sólo éste era el factor de desacuerdo es ya en sí un resultado positivo, dicen los médicos en su carta.El presidente del Gobierno español, Felipe González, envió un mensaje al simposio en el cual, tras señalar que la voz de España "se escucha en los foros internacionales en pro de la urgencia de un proceso que en su día pueda culminar en la eliminación de los actuales arsenales nucleares", señala que es "una marcha lenta y llena de dificultades", para la cual se necesita "la creación de un clima de mutua confianza entre los dos bloques". "En este sentido", agrega González, "hace Pocos días hemos visto con satisfacción cómo se daba un paso notable en la Conferencia de Estocolmo".

Durante la sesión plenaria de ayer en el simposio, Leonid Ilyin, miembro de la Academia de Ciencias de la URS S y uno de los primeros médicos que se ocupó del tratamiento de los heridos tras la catástrofe en la central nuclear de Chernobil, que produjo 31 muertos, señaló que llevar las armas nucleares al espacio es extender la metástasis de la guerra nuclear por el cosmos.

Ilyín señaló que la experiencia demuestra que ningún país tiene la capacidad sanitaria suficiente para hacer frente a una guerra nuclear. El médico soviético afirmó que sólo existen premisas teóricas para poder evaluar las consecuencias que el accidente de Chernobil producirá entre la población. Se estima que el número de cánceres aumentará en un 0,5% con respecto al nivel normal y que las consecuencias genéticas serán tres o cuatro veces inferiores.

Por su parte, el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Cayetano López Martínez, habló sobre el llamado invierno nuclear, es decir, los efectos que para la atmósfera tendría la producción de humo, polvo y hollín tras una conflagración nuclear, con un descenso previsible de la temperatura de la superficie de la Tierra, que bajaría a unos -20º o -30º. López Martínez señaló: "Los conceptos de victoria y derrota" tras una guerra atómica "carecen de sentido por cuanto las consecuencias a largo plazo de una tal destrucción afectarían a todo el mundo".

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