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El Rey elogia en Córdoba el diálogo y la convivencia entre culturas

El Rey de España elogió ayer en Córdoba, en el acto de apertura de las celebraciones del duodécimo centenario de la mezquita catedral, el diálogo y la convivencia entre las diversas culturas del mundo y las religiones cristiana y musulmana. Representantes de ambas cesiones y de los países árabes, junto a las autoridades de Córdoba y de Andalucía, se reunieron ayer en el templo para el acto conmemorativo que presidieron los Reyes. Asistieron los embajadores de Qatar, Mauritania, Kuwait, Siria y Túnez y otros representantes árabes de menor rango diplomático.

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Tras numerosos desacuerdos y conflictos, responsables municipales, religiosos y de otras instancias se pusieron de acuerdo para celebrar los 12 siglos de la mezquita, que construyó Abderramán I. El templo, modificado en el siglo XVI para convertirlo en catedral, está actualmente sometido a obras de restauración, que, en ocasiones, han resultado polémicas.El Rey estuvo en Córdoba sólo el tiempo que duró el acto, de apenas una hora. La ceremonia se realizó en la zona del Mihrab -lugar orientado hacia la Meca al que miraban los fieles al rezar-, y consistió en la lectura de discursos del obispo de Córdoba, José Antonio Infantes Florido; el alcalde de la ciudad, el comunista Herminio Trigo, y el presidente de la Junta de Andalucía, el socialista José Rodríguez de la Borbolla, tras los cuales el Rey cerró el acto.

Todos los oradores coincidieron en isus parlamentos en hacer alusión al significado espiritual y al mismo tiempo artístico de la mezquita, y a la invitación al diálogo entre los pueblos y las religiones que: supone celebrar el centenario de un templo nacido como mezquita y luego transformado en catedral, pero en el que al fin y al cabo, como dijo el obispo, "no ha dejado de alabarse en él al único Dios, padre de todos los hombres". Infantes citó palabras ecuménicas de Juan XXIII, "pensar más en lo que nos une que en lo que nos separa", y del Vaticano II, "la Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes". Pero el obispo insistió en que antes que el valor artístico del recinto donde se celebraba el acto debía resaltarse el mensaje espiritual de "estos muros, que transpiran santidad musulmana y santidad cristiana".

El presidente andaluz elogió el gesto que suponía la visita del Rey y la capacidad cultural de Córdoba, cuyo alcalde, Herminio Trigo, afirmó que la presencia de la Corona daba al acto su máxima importancia y solemnidad. Trigo dijo que la ciudad aspira a construir su futuro sobre la base de su pasado de convivencia pacífica de las tres religiones abrahámicas y las culturas de Oriente y Occidente.

Don Juan Carlos, cerrando la ceremonia, puso de relieve que la mezquita de Córdoba no sólo representa "un minucioso y prolongado esfuerzo de creación artística", sino la permanente vocación espiritual de los pueblos y la .esencial identificación" de Córdoba "como enlace espiritual de dos mundos". El Rey resaltó que en la historia del templo "se impuso la comprensión de los pueblos, y hoy aparece en toda su lección profunda esa intuición de permanencia de nuestros antepasados. Aquí se encuentra hoy", agregó, "la clave del entendimiento de Oriente y Occidente".

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