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SAN ISIDRO 86

Los madrileños hicieron cantar a Plácido Domingo en el pregón de las fiestas

La plaza Mayor volvió a ser ayer por la tarde ese espejo inimitable del espíritu festivo de Madrid. Los cientos de personas congregadas en torno al balcón de la Casa de la Panadería para celebrar la llegada de San Isidro hicieron suyas con orgullo las palabras con las que el tenor Plácido Domingo rubricó, su pregón: "Me siento gato por nacimiento, pero sobre todo por devoción". El público no dejó escapar al pregonero hasta que entonó unas notas del popular chotis Madrid, de Agustín Lara.

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"iQue cante!, ¡Que cante!", coreaban los cientos de personas que aguardaban sudorosas la salida de Plácido Domingo. No en balde hizo una noche de manga corta, de ésas que piden a gritos salir a la calle y despedir la noche al aire fresco de una terraza. Fue, en la boca anónima de un ciudadano cualquiera, "como si Madrid hubiera pasado directamente del invierno al verano por obra y gracia del santo".Quienes no pudieron celebrar las fiestas desde su privilegiada estatura fueron los 24 gigantes y cabezudos de Madrid, que han preferido esperar a que sus trajes estén acabados antes que exhibir su desnudez de cartón y escayola. Las decenas de metros de tela necesaria para vestirlos disparaban el presupuesto millonario del Ayuntamiento, que ha preferido esperar algún tiempo para recuperar una tradición perdida hace casi 20 años.

El chupinazo de las fiestas perdió así en colorido lucimiento, pero la multitud congregada en la plaza Mayor apenas podía contener el germen festivo del viernes por la noche. Las nostálgicas melodías de la Radio. Topolino Orquesta habían servido para calentar el ambiente poco antes de que cayera el telón de la noche.

Fue entonces cuando el tenor Plácido Domingo acalló con su voz el denso murmullo que flotaba sobre la plaza. Y el murmullo no sólo resucitaba, sino que se convertía casi en clamor cuando el pregonero se refería a la "condición chungona y bienhumorada de los madrileños".

Poco después, una sonora traca recorría los soportales de la plaza Mayor y castigaba los tímpanos de los congregados. Plácido Domingo no se hizo de rogar y volvió solícito al balcón de la Casa de la Panadería para entonar el popular Madrid, Madrid, Madrid.... La voz del tenor parecía mantener un pulso con el ensordecedor ruido de los fuegos artificiales.

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Horas más tarde, cuando el empedrado de la plaza Mayor era el testimonio más patente de la juerga nocturna, los empleados de la limpieza trabajaban para lavar la cara al escenario del bautizo del dragón-tobogán, previsto para el mediodía de hoy.

Esta noche, la actuación de The Kinks servirá para celebrar otro bautizo bien distinto, el del auditorio de la Casa de Campo. La Policía Municipal recomienda que el acceso al auditorio se haga en metro o en la línea especial de autobuses Cibeles-Auditorio.

El teatro Real, el teatro Albéniz y el Palacio de los Deportes serán durante esta semana los escenarios sobre los que se darán cita la música clásica, el jazz, el flamenco o los cantautores. Los más mayores contarán con su rincón particular en Las Vistillas, que lucirá su tradicional ambiente verbenero. El cuartel de Conde Duque también se vestirá de gala el próximo miércoles para acoger el espectáculo Vive el chotis, dirigido por Luis López Cobos.

Para mañana está prevista la celebración de un festival aéreo en el aeródromo de Cuatro Vientos.

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