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El capital extranjero controla los dos tercios del sector cafetero español

Las perspectivas que ofrece el ingreso en el Mercado Común, y esencialmente el fuerte potencial de consumo del mercado nacional, han propiciado que en los últimos años se haya ido consolidando el predominio de las compañías multinacionales en el sector cafetero español. Ésta es una de las cuestiones reflejadas en el IX Simposio sobre el Café y la Economía Mundial, que se está celebrando estos días en Madrid, con la asistencia de 30 países.

Según un reciente informe del Ministerio de Agricultura, España es uno de los países europeos que importa y consume mayor cantidad de café, superada tan sólo en este capítulo por la República Federal de Alemania, Italia y Francia, y por delante de otros países como Suecia, Holanda o el Reino Unido. En 1983 -año al que se refieren los datos del estudio- las compras de nuestro país ascendieron a 2,3 millones de sacos, lo que supuso un desembolso superior a los 50.000 millones de pesetas.La gran demanda potencial y el incremento del consumo han potenciado enormemente tanto la concentración empresarial como la multinacionalización de este sector. Aproximadamente dos tercios del mercado español de café molido y tostado en grano están dominados por seis empresas extranjeras.

De esta forma, parte del predominio de las empresas familiares en el sector ha ido desapareciendo casi al mismo ritmo en que éstas iban siendo absorbidas por las más grandes, casi siempre de capital extranjero. Las 600 empresas cafeteras que existían en 1974 se han reducido hasta las casi 400 que todavía existen y que, de cualquier forma, siguen siendo consideradas como excesivas por los expertos.

El último capítulo del progresivo asentamiento multinacional en este sector, en lo que respecta a café tostado, lo dio el pasado mes de septiembre Nestlé al afianzar su control en la empresa Herederos de Gómez Tejedor, fabricante de La Estrella, de la que poseía el 50% del capital, que elevó hasta casi un 90%. La presencia transnacional en nuestro país se encuentra asentada sobre tres grandes pilares: la norteamericana General Foods -que acaba de caer en las garras del grupo Philips Morris-, que adquirió Cafés Columba en 1982, e hizo lo propio al año siguiente con Cafés Saimaza.

Otra de las patas de este trípode lo constituye el grupo holandés Douwe Egberts, que se hizo este mismo año con la totalidad del capital de Cafés Marcilla y que también es propietario de Café Soley, tras la compra al grupo suizo Jacobs-Suchard de las acciones que poseía en esa compañía. El tercer pilar lo constituye Nestlé, que además de La Estrella adquirió Brasilia y Málaga Comercial. En todos estos casos, un fenómeno parejo ha sido el de la potenciación de las marcas adquiridas y el progresivo aumento de su mercado. Similar penetración se ha producido en cafés solubles, donde el predominio de Nestlé es evidente.

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