_
_
_
_
_

'Crónicas de gánsteres', nueva serie sobre el crimen organizado, en Estados Unidos

Sustituye en la noche de los domingos a 'Mike Hammer' en la primera cadena

La noche de los domingos, en el espacio hasta ahora cubierto por Mike Hammer en la primera cadena de Televisión Española, hará su aparición una nueva serie norteamericana sobre un viejo asunto: el crimen organizado en la reciente historia de Estados Unidos, que es tanto como decir Al Capone, Lucky Luciano, la matanza de San Valentín, la ley de la Prohibición, los enfrentamientos entre bandas, etcétera, hitos de la vida gansteril revividos ahora por Crónicas de gánsteres.

Richard Alan Simnions dedicó 10 años de su vida a la investigación del fenómeno que en su momento sacudió a la sociedad americana. El resultado fue la obra en la que -teóricamentese basa la serie y por la que fue galardonado con el Enirny. Crónicas de gánsteres, subtitulada An American Story, fue presentada en su momento (1981) como "una dramatización basada en hechos reales", aunque sólo dos de sus tres personajes principales pudieron conservar sus nombres auténticos, Charles Lucky Luciano,y Ben Bugsy Siegel; el tercero, Meyer Lansky, fue encubierto en la ficción bajo el nombre de Michael Lasker, ante el temor de que el conocido gánster, aún vivo, pudiera poner un pleito a la productora.La serie, que no oculta sus pretensiones de estudio sociológico, se centra primordialmente en la vida de los tres personajes citados, sin descuidar la aportación de datos que enmarquen históricamente los violentos acontecimientos. Se inicia en 1907, cuando Luciano, Siegel y Lasker, adolescentes aún, comienzan a dar los primeros pasos al margen de la ley, fatalmente empujados al bandidaje y al crimen por un complejo de circunstancias entre las cuales las de orden social y psicológico -como era de esperar- se muestran determinantes.

La pobreza de ese miserable barrio neoyorquino en el que inician sus vidas, la discriminación racial y la patología derivada de unas relaciones edípicas conflictivas (el psicoanálisis de la señorita Pepis ha sido una de las pasiones manifiestas del cine de serie negra casi desde sus comienzos) marcarán indeleblemente a esos tres chavales de barrio. Y como el que mal anda mal acaba -dicen-, todos, Luciano, Siegel y su cohorte de matones y rivales en el crimen terminarán sus vidas de forma violenta (sólo Lasker escapará al merecido castigo y podrá más tarde pasearse tranquilamente de la mano de su nietecita por las playas de Florida, convertido ahora en pacífico e inofensivo ciudadano americano).

Accidentada gestación

Crónicas de gánsteres tuvo tan accidentada gestación que a punto estuvo, también ella, de perecer en elintento.A la huelga de actores y la súbita muerte de Peter Collinson, sustituido precipitadamente por el realizador de origen armenio Richard Sarafian, vino a añadírsele un grave problema de financiación.

La Universal-MCA, productora de la serie en cuestión para la NBC, se negó a seguir invirtiendo capital en el proyecto una vez superados los costes previstos en un principio, lo que hubiera supuesto tener que esperar a las hipotéticas reposiciones y al cobro de derechos sobre la serie para cubrir la totalidad de los gastos y obtener beneficios (una práctica corriente, por otro lado, entre las productoras de televisión).

El corte de suministros afectó al rodaje de determinadas escenas, cuya escasez de medios apenas pudo disimularse.

Serie en apuros

Los apuros de Crónicas de gánsteres continuaron una vez estuvo lista para su emisión. Richard Alan Sinimoris rechazó enérgicamente la paternidad de la historia vertida en la pantalla y exigió que su nombre fuera retirado de los títulos de crédito, lo que logró a cambio de figurar con el seudónimo de Richard McKoker (según lacónica declaración propia, "la película no respondía a sus expectativas").Por otro lado, y recordando las críticas suscitadas a principios de los sesenta por Los intocables, acusada de hacer atractivo el mundo del crimen, la NBC hubo de, hacer esfuerzos publicitarios suplementarios en el lanzamiento de la serie, dirigidos a probar que ésta había estado inspirada en todo momento por el principio de que el crimen, tarde o temprano, acaba pagando.

Musa distraída

Lo cierto es que si los planteamientos iniciales de la serie televisiva Crónicas de gánsteres eran los de aleccionar y distraer a un tiempo a los telespectadores, conservando las meditabundas reflexiones que sobre el tema había hecho el autor de la obra de partida, los resultados -según ha apreciado algún cronista americano- parecen inclinarse decididamente por el lado del énfasis y la espectacularidad, según clicliés establecidos previamente y sacrificando para ello el análisis en profundidad de acontecimientos y personajes. La serie, de la que se intuye fue musa distraída y perezosa El padrino, cuenta con las inevitables escenas de tiro teos en todas sus posibles variantes, y con otras, tópicas, en la simple función de relleno: la boda de Lasker, por ejemplo.La misma elección de Michael Nouri para el papel de Lucky Luciano, actor con trazas de bello maniquí, da la razón a Sinimoris y desmiente los buenos propósitos de Fred Silverman y Brandon Tartikoff, jefe y ayudante de programación de la NBC, respectivamente, en cuanto a desmarcar Crónicas de gánsteres de un género que, en sus exponentes más adocenados, se conforma con dar satisfacción a una audiencia bien dispuesta a dejarse fascinar por los expeditivos y violentos métodos de esta aristocracia del hampa.

Y después de todo, como reza un proverbio chino, "mejor es soñar con pescados que meter a su propia mujer a remojar en aceite hirviendo".

Crónicas de gánsteres se emite el domingo, a las 21.30 horas, por la primera cadena de Televisión Española.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_