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La participación española en los programas estratégicos

El COCOM que no cesa

La participación española en el proyecto norteamericano de la guerra de las galaxias, y en menor medida en el proyecto europeo de Eureka, puede verse condicionada a la adhesión de nuestro país al COCOM (organismo internacional de control de las exportaciones de tecnologías civiles susceptibles de utilización militar).Estados Unidos ha estado presionando en los últimos meses al Gobierno español, congelando entre otros proyectos la instalación de la multinacional ATT en Madrid, para que nuestro país se incorporara al COCOM. La diferencia de criterios entre el Ministerio de Asuntos Exteriores, bajo titularidad de Fernando Morán, que sostenía que la incorporación al citado organismo internacional podía suponer cesión de soberanía, y Comercio e Industria, que se mostraban favorables a la firma de tal acuerdo para favorecer las trasferencias de tecnologías puntas a España y el comercio, ha producido una situación ambigua que puede haber servido para desbloquear el proyecto ATT, pero que presenta graves dudas de legalidad.

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El Ministerio de Economía y Hacienda publicó una orden con fecha 6 de junio, en el Boletín Oficial del Estado, sobre control de reexportaciones. Siete días después, el diario oficial recogía, bajo el subterfugio de errores y correcciones a la normativa citada, importantes modificaciones al texto primitivo. Incorporaba, por ejemplo, en el artículo octavo de la orden el siguiente texto: "En el caso de que un determinado país condicione la autorización para realizar en España una inversión directa o una trasferencia de tecnología a que se establezca por parte de las autoridades españolas un control sobre las exportaciones a determinados países, el Ministerio de Economía y Hacienda exigirá una autorización previa, emitida por el país de origen, de la inversión o la tecnología para la exportación a dichos países de los productos obtenidos con la inversión o trasferencia de tecnología citadas".

Esta morcilla, introducida con la maxima discreción en la norma primitiva, supone que las empresas españolas que quieran reexportar tendrán que tener una autorizacion previa de los países de origen en general y de Estados Unidos, a cuya inspiración se atribuye la "corrección técnica", en particular. Esta exigencia ha provocado un gran malestar en el sector español de electrónica e informática.

En la revista especializada Actualidad Electrónica, que en su número de primeros de julio se hace eco del malestar que ha producido esta corrección técnica en el sector, se denuncia la incierta legalidad de la nueva norma: "El problema estriba, según expertos jurídicos consultados, en la dudosa validez jurídica del artículo 8, que plantea la necesidad de una autorización previa en otro país para poder realizar un trámite administrativo en España".

Dudosa legalidad

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La redacción de este artículo, añade otro de los juristas consultados, "es totalmente chapucera y contraviene el principio de no extraterritorialidad de las leyes. Cualquier estudiante de Derecho que hubiera redactado el artículo en estos términos hubiese tenido que volver en septiembre. No comprendo cómo se ha podido cometer un error tan flagrante en un tema de tanta trascendencia".A juicio de este jurista, el Ministerio de Economía puede exigir todos los requisitos administrativos que sean precisos; pero no puede condicionar la concesión de una licencia de exportación a una autorización de otro país, lo que incurre en una clara dejación de la soberanía nacional.

La posible impugnación de esta norma, por parte de los industriales del sector, vuelve a poner sobre el tapete del Gobierno el problema irresuelto de nuestra incorporación o no al COCOM. La actitud de la Administración Reagan, en este tema, no va a cambiar previsiblemente a corto plazo y como en el caso de la instalación de ATT es muy probable que la incorporación de empresas españolas a la Iniciativa de Defensa Estratégica esté condicionada, de antemano, a la firma del acuerdo internacional sobre control de reexportaciones. La finalidad militar del proyecto de la guerra de las galaxias avala aún más esta tesis.

Luis Solana, presidente de la Compañía Telefónica Nacional de España y socio de ATT en la empresa de sofisticada tecnología que la multinacional va a instalar en Madrid, insiste en la necesidad urgente de adherirse al COCOM.

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