_
_
_
_
_

Dimite la secretaria de Estado de Universidades

La secretaria de Estado de Universidades e Investigación, Carmina Virgili, ha presentado su dimisión al ministro de Educación, José María Maravall. Virgili, que va a cumplir 58 años, ha aducido razones personales al pedir su relevo como máxima responsable de la política universitaria. Maravall ha aceptado la dimisión, si bien ésta no será efectiva hasta dentro de algunos semanas. Entre los nombres que se barajan para sustituirla en el cargo figuran el de Emilio Lamo de Espinosa, director general de Universidades, y Juan Manuel Rojo, director del gabinete de estudios de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica.

Carmina Virgili confirmó a este periódico que hace ya dos o tres meses había solicitado al ministro ser relevada del cargo en cuanto hubiese concluido la redacción de la ley de la Ciencia, "convencida de que con la misma se culmina una primera y decisiva etapa de la modernización del sistema científico y técnico y de la Universidad, que se abrió con la aprobación de la ley de Reforma Universitaria".Añadió la secretaria de Estado que se encuentra cansada, pero muy sastifecha de haber contribuido a esta tarea, aunque precisó que no es el cansancio en modo alguno el motivo de la presentación de su dimisión, sino su deseo sincero de regresar a su labor docente e investigadora. "El cansancio es lógico después de cualquier trabajo intenso", dijo, "pero no creo que deba ser empleado como motivo para renunciar a una tarea de equipo a la que uno se ha comprometido, y mucho menos cuando ésta ha resultado tan gratificante".

Carmina Virgili agregó que todos los que la conocen saben que la enseñanza y la investigación, constituyen la vocación de toda su vida, y que la dedicación a ambas cosas sólo las interrumpió en cierto modo para ocuparse del decanato de la facultad de Ciencias Geológicas y posteriormente para colaborar con el equipo de José María Maravall.

"Nunca agradeceré suficientemente la confianza que el minis tro despositó en mí, así como la oportunidad que ello me ha dado de colaborar con el formidable equipo de la secretaría de Estado", agregó.

Para Carmina Virgili, el dejar el cargo "no supone en modo alguno abandonar el trabajo de contribuir a la reforma de la Universidad, en la que asegura que va a continuar desde su puesto de profesora. "No tendría sentido otra cosa", concluye, "puesto que me he pasado todo este tiempo repitiendo que la modernización de la Universidad corresponde a la Administración sólo en una mínima parte, ya que quien tiene la verdadera responsabilidad es la propia comunidad universitaria".

La secretaria de Estado de Universidades expresó por primera vez su deseo de ser relevada del cargo en los primeros días del mes de febrero. El ministro de Educación, José María Maravall, le pidió entonces, según fuentes oficiales, que continuara al frente de la secretaría. Después de Semana Santa, Virgili insitió de nuevo en su petición a Maravall, y en esta ocasión sí le fue aceptada.

Varias semanas en su puesto

No obstante, permanecerá en su puesto algunas semanas más, hasta que el ministro decida quien debe ser su sustituto. En principio, dos son los nombres que se barajan para ocupar el cargo que quedará vacante: Emilio Lamo de Espinosa, director general de Universidades, el actual "número dos" de Carmina Virgili y Juan Manuel Rojo, director del gabinete de estudios de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica.

Los altos cargos del departamento que se verán afectados por el cambio de la titular son, además del ya citado Emilio Lamo; el jefe de su gabinete técnico, Alfredo Pérez Rubalcaba; el director general de Política Científica, Emilio Muñoz, y los dos asesores ejecutivos que tiene asignados la secretaría de Estado: Francisco de Asís de Blas y Pedro Miralles. Todos ellos pondrán su cargo a disposición del nuevo secretario de Estado, como es habitual en los ceses y dimisiones. Este periódico no consiguió ponerse en contacto con ninguno de ellos para conocer su opinión.

En tanto el relevo no sea oficial, Carmina Virgili prosigue sus tareas habituales. Ayer por la mañana despachó el estatuto del profesorado universitario en la comisión de subsecretarios, y por la tarde estuvo con José María Maravall explicando la ley de la Ciencia a un equipo de altos cargos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Hoy harán lo mismo con un equipo de periodistas.

Carmina Virgili, que pertenece al PSOE desde 1972, fue decana de la facultad de Geológicas de la universidad Complutense de Madrid, de cuya cátedra de Estratigrafía y Geología Histórica es titular. Nacida en Barcelona en 1927, Carmina Virgili es una de las primeras mujeres que accedieron a una cátedra universitaria en España, hecho éste que se produjo en 1963. Fue designada secretaria de Estado el 7 de diciembre de 1982.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_