Grecia aclarará hoy sus posiciones de cara a la negociación hispano-comunitaria para el ingreso de España en la CEE
Grecia aclarará hoy en Bruselas su postura de cara a la prosecución de las negociaciones hispano-comunitarias, "y lo hará en el buen sentido" (para España), manifestó un diplomático griego, en el contexto de los debates sobre los Programas Mediterráneos Integrados. Por su parte, la Comisión Europea pedirá hoy a los ministros de Asuntos Exteriores de los diez un "verdadero mandato" para explorar a partir de esta misma tarde aproximaciones de posiciones entre España y la CEE de cara a la eventual sesión de negociación formal que a celebrarse mañana o el miércoles.
En efecto, en la reunión entre la Comisión y la parte española, sólo se "exploró" la posición del país candidato a la adhesión, pues la Comisión no disponía de mandato flexible sobre las posiciones comunitarias. "Si los Estados miembros no nos dan un margen de flexibilidad y mantienen sus posturas rígidas, es mejor irnos a casa", se dice en la Comisión Europea.Pero algunos países parecen mostrarse remolones a avanzar seriamente en esta negociación. Francia es uno de ellos, con unas posturas (especialmente en materia vinícola) que, según fuentes comunitarias, "hacen dudar si realmente el Gobierno francés está decidido a llevar a cabo la ampliación de la CEE o no". Y por supuesto Grecia, con los PIM, ligando una solución satisfactoria de este problema a la luz verde para la adhesión. "No podemos dejar un veto solo para el final, pues no lo podríamos aplicar", dice un diplomático griego, explicando la necesidad de mantener reservas parciales en otros temas como el vino. E incluso la pesca, donde "los griegos nos hemos quedado solos defendiendo los intereses españoles y pidiendo un período transitorio más corto que los demás", comenta algo cínicamente.
Tema pesquero
En pesca, pues, las pasadas exploraciones fueron a nivel técnico, pues teóricamente no había posición comunitaria. España está dispuesta a dar garantías sobre el número de sus barcos (323 en total) que faenarían en aguas de los diez, autolimitándose también en las zonas de pesca y en las especies. En cualquier caso, desde luego, el nivel de esta pesca sería superior al actual (lo que la CEE no descarta, aunque no lo ha ofrecido aún formalmente, pues es una baza negociadora). Por otra parte, la falta de presupuesto en la CEE para 1985 no permite por ahora otorgar a España una ayuda preadhesión para la reconversión de la flota de 3.700 millones de pesetas.
En agricultura, España ha ido aceptando cosas y la CEE no se ha movido. En las últimas propuestas verbales, explicadas por la parte comunitaria, España quiere que el desmantelamiento arancelario entre España y la CEE se haga en 7 años y no en 10, para todos los productos. Y pide tres años para tener al menos un régimen comercial agrícola al menos tan favorable como algunos países no miembros de la Comunidad (como Marruecos o Israel), además de pedir que se aplique desde la adhesión la preferencia comunitaria, no sólo a través de la reducción de las tasas compensatorias, sino también de otros elementos.
Para los agrios España quiere que lo mismo que se aplicó a Grecia cuando entró en la CEE: una modulación de los precios de referencia y de los derechos de ,entrada por las fronteras de los diez. Y solicita una intervención real -y no simbólica, como propusieron en junio los diez- de los fondos de garantía de precios de la CEE (FEOGA).
En cuanto a la lista de sectores sensibles continentales, España insiste en incluir, además de la carne de vacuno, la leche y los productos lácteos -todos, incluido el queso-, el sector porcino y algunos cereales panificables, con un sistema de control de los intercambios mixto, entre contingentes y balances, según una curva progresiva, con horquillas de mínimos y máximos.
Si finalmente se levantan las reservas sobre el vino, la CEE presentará a España una posíción tan incompleta -pues deja abierto el régimen de los intercambios comercialesque no servirá de base de negociación.
