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El congreso de la DC italiana concluye hoy con una segura victoria de Ciriaco de Mita

Juan Arias

El XVI Congreso Nacional de la Democracia Cristiana concluye esta noche, quizá al amanecer de mañana como de costumbre, con la segura victoria del actual secretario general, Ciriaco de Mita, que será reelegido por una mayoría aplastante.

La única candidatura oficial que se enfrenta a la de De Mita es la del ministro de Protección Civil, Vincenzo Scotti. Con ella pretende, como él mismo ha explicado en un discurso muy aplaudido, dar más juego y vivacidad al congreso, ya que sabe que no tiene ninguna posiblidad de triunfo.Scotti ha subrayado con lealtad que con su intento sólo se propone "ayudar a De Mita a llevar a cabo con mayor eficacia su difícil tarea de renovar el partido". Una renovación que, según él, es cuestión "de vida o muerte para la Democracia Cristiana".

Como han señalado algunos observadores, este Congreso democristiano tiene características que le diferencian de los anteriores. Algunos, incluso, lo comparan al celebrado en Nápoles en 1954, cuando Amintore Fanfani protagonizó un giro histórico en el partido que fundara Alcide de Gasperi, al reinventar un partido distinto tras arrinconar a los viejos líderes y entronizar a un nuevo equipo dirigente.

Hasta el propio Partido Comunista de Italia (PCI), que estuvo presente en el congreso con una representación muy numerosa, encabezada por su secretario general, Enrico Berlinguer, se vio sorprendido por De Mita. Al finalizar el discurso del dirigente democristiano, los líderes comunistas tuvieron que realizar largas consultas antes de hacer una declaración oficial, que fue crítica pero que no dejó de reconocer algunos puntos que no desagradaron al PCI. Por ejemplo, la afirmación de De Mita en el sentido de que el PCI está destinado a ser el otro polo de una verdadera alternativa política en Italia y que, mientras tanto, la Democracia Cristiana quiere colaborar con él no sólo en cuestiones referentes a la reforma institucional, sino también "en otros problemas importantes de la vida del país".

Lógicamente, también gustó a los comunistas, el discurso del viejo líder de la izquierda democristiana, Benigno Zaccagnini, quien pidió un diálogo más abierto con el PCI y afirmó que "éste no es momento para batallas ni vetos, sino para profundo diálogo".

Zaccagnini expresó su apoyo incondicional a la línea de renovación radical del partido democristiano presentada por De Mita, aunque se reservaba, como amigo leal su autonomía crítica.

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