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La Administración norteamericana cree que Arafat puede perder el control de la OLP

La ruptura entre miembros de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), unida al refpgio en Túnez del líder Yasir Árafat, se interpretan en Estados Unidos como una notable pérdida de liderazgo para el primer responsable de la OLP. Washington teme también una radicalización de las posturas de Siria e Israel a propósito del control del territorio libanés, mientras el presidente Reagan ha decidido conceder una ayuda económica y militar a Líbano por valor de 251 millones de dólares.Los medios políticos y la Prensa norteamericana dan casi por liquidado el protagonismo político de Arafat al frente de la OLP, desde su expulsión el viernes de Damasco. La continuidad de la lucha en el valle del Bekaa, en Líbano, entre fracciones palestinas leales a Arafat y desertores apoyados por Siria, sólo puede contribuir a una debilitación de las fuerzas palestinas, según analistas del Departamento de Estado norteamericano.

Wash¡ngton se abstiene por el momento de sacar públicamente conclusiones políticas de la crisis de la OLP. Sin embargo, la Administración Reagan no oculta sus temores de que una desaparición política del líder palestino pueda incidir en el proceso de paz -actualmente paralizado- lanzado por el presidente Reagan en septiembre de 1982.

El plan de Reagan prevé la creación de una federación jordano-palestina y fue inicialmente rechazado por la OLP, tras conversaciones entre Arafat y el rey Hussein de Jordania. Pero el gesto del dirigente palestino en favor de contactos con Estados Unidos, por mediación de Ammán, fue valorado por las fracciones más radicales de la OLP como una prueba de excesiva moderación por parte de Arafat. La situación el Líbano -tras el callejón, sin salida en que se halla en plan para la retirada de tropas- es otro elemento a tener en cuenta a la hora de valorar la situación de Arafat.

Las fuerzas de la OLP, cifradas en unos 8.000 combatientes, que deberían haber abandonado Beirut después de los insistentes ataques del Ejército de Israel sobre la capital libanesa, se. encuéntran hoy recluidas en su mayoría en la zona fronteriza entre Líbano y Siria, en el valle de la Bekaa, prácticamente controlado por tropas sirias, donde se producen los enfrentamientos.

Para los esquemas de la política norteamericana en la zona los problemas de Arafat pueden complicar toda solución negociada, ante la probable radicalización de las posiciones de la OLP y el temor de una nueva guerra entre Israel y Siria.

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