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Los militares portugueses no quieren un nuevo 25 de Abril

Con un clavel rojo en el ojal y codo a codo para cantar Grandola, vila morena, la canción-símbolo de su pronunciamiento militar, cerca de un millar de oficiales del Ejército portugués se reunieron ayer, para celebrar el noveno aniversario de la revolución del 25 de abril de 1974, en la ciudad de Santarém, a 100 kilómetros al norte de Lisboa. Entre otras cosas, dejaron claro que no desean otro 25 de Abril.

El mensaje de los oficiales del cuadro permanente del Ejército, leído ayer en Santarém por el comandante Salgueiro Maia, fue una clara respuesta de los 1.600 oficiales que integran la Asociación Veinticinco de Abril a los que desean o temen una nueva intervención directa de los militares en la vida política portuguesa.En nombre de todos los presentes, el joven oficial que obtuvo en 1974, en Lisboa, la rendición de Marcelo Caetano y, de los últimos dirigentes de la dictadura portuguesa avisó a todos aquellos que pretenden reducir a los militares a la obediencia ciega que los militares de abril no volverán "a la manipulación por el poder que caracterizó en el pasado a la institución castrense".

Pero a los que hablan de la necesidad de un nuevo 25 de abril respondió también claramente que no compete a los militares interferir en las decisiones tomadas por el pueblo portugués "a través de sus legítimos representantes", sino asegurar "el respeto de la Constitución".

Los militares reafirmaron su "derecho a no querer callarse" frente a algunas situaciones que les parecen contrarias a los intereses de Portugal, al progreso, a la democracia y a la justicia social, y "de mantenerse vigilantes frente a las dificultades y graves peligros que amenazan el futuro democrático del país".

Estuvieron presentes en la reunión de Santarém los ex consejeros de la revolución, hoy de regreso a la vida militar, coronel Melo Antunes, miembro del Consejo de Estado; el mariscal Costa Gomes, ex presidente de la República, y muchas personalidades que se hicieron célebres en los primeros años de la revolución portuguesa, como el ex primer ministro Vasco Gonçalves, Otelo Saraiva de Carvalho, el almirante Rosa Coutinho y oficiales generales de los tres ejércitos. El presidente de la República, general Eanes, mandó un mensaje personal de adhesión.

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