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EDUCACIÓN

Universidades privadas de doce países debaten en Madrid problemas comunes

El Encuentro Internacional de Universidades Privadas que ha organizado la Fundación Universitaria San Pablo (CEU), con motivo de su cincuenta aniversario, en el colegio mayor San Pablo, de Madrid, inició ayer la presentación de ponencias. Los profesores Klaus Adomeit, de la universidad Libre de Berlín; José María de Vera, de la de Sofía, en Tokio, y Giorgio Pastori, de la universidad Católica del Sacro Cuore, de Milán, desarrollaron aspectos relacionados con el régimen legal, la docencia e investigación y el gobierno y administración de las universidades privadas.

La inauguración del encuentro internacional, que se prolongará hasta mañana, viernes, tuvo lugar a última hora de la tarde del martes. Jose María Belloch, presidente de las jornadas, defendió la existencia de universidades privadas y la libertad de enseñanza, así como la libertad de las personas para crear centros.Abelardo Algora, presidente de la Fundación San Pablo, hizo una pequeña historia de la aportación de las universidades privadas y expresó el deseo de todos los asistentes de superar las dificultades jurídicas, políticas y económicas, que, en su opinión, impiden el correcto desarrollo de estos centros.

La conferencia inaugural estuvo a cargo de Iñigo Cavero, miembro del Patronato de la Fundación San Pablo y ex ministro de Educación, Justicia y Cultura en varios gobiernos de UCD. Afirmó, entre otras cosas que la escasez de recursos de la Universidad pública hace que personas ideológicamente partidarias de la existencia de universidades privadas se opongan a las subvenciones para las mismas.

Prejuicios

Aseguró que las universidades privadas españolas gozan de prestigio importante, y citó las de Navarra, Deusto y Comillas. La sociedad española, en opinión de Cavero, tiene una serie de prejuicios ante las universidades privadas, y citó, entre las causas de esta actitud, la falta de tradición, la oposición del profesorado estatal a la iniciativa privada, la acusación de que discriminan socialmente y la falta de viabilidad financiera.Para el conferenciante la Constitución española de 1978 tiene, respecto de la educación, "muchas zonas de ambigüedad", que dan al partido gobernante una peligrosa libertad de interpretación. "Suerte que la misma norma creó el Tribunal Constitucional" añadió, "que es el garante y el órgano que, en último término, interpreta lo referente al hecho educativo". Abogó por una mayor colaboración entre los distintos centros universitarios privados españoles, que "no se pusieron en muchas ocasiones de acuerdo, y creo que ya Regó el momento de que todos colaboren en el objetivo común de lograr una educación eficaz".

El profesor Adomeit, que abrió ayer por la mañana el ciclo de ponencias, expuso la situación legal de las universidades en Alemania, que depende de una autorización estatal, y aseguró que la cogestión ha supuesto "difuminación de responsabilidades, pérdida continua de esfuerzos y desinterés".

El profesor De Vera se refirió a la realidad docente e investigadora en Japón. Explicó que las empresas eligen a sus trabajadores en función del prestigio de la universidad de procedencia, por lo que se produce una feroz competición para lograr la admisión en las universidades más prestigiosas.

Afirmó también que las universidades han perdido en los últimos años el monopolio de la investigación, ya que las grandes empresas y el Estado organizan sus propios centros de investigación con mayores alicientes.

En las jornadas participan representantes de universidades privadas de Alemania, Japón, Italia, Bélgica, Estados Unidos, Reino Unido, Perú, Colombia, Ecuador, Filipinas y Brasil.

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