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"Estoy por una democracia bien informada, pero no televisado, declara Calviño

Televisión Española no emitió en directo el debate parlamentario sobre la convalidación del decreto-ley por el que se expropiaron las empresas del grupo Rumasa, porque habría perdido 194 millones de pesetas en la publicidad contratada para los pasados días 1 y 2, y porque, según explicó ayer el director general de RTVE, José María Calviño, ante la Comisión de Control del Congreso, "estoy por una democracia bien informada, pero no por una democracia televisado.

José María Calviño compareció ayer ante la comisión de control de RTVE para explicar, a petición del Grupo Parlamentario Popular, por qué no se emitió en directo el debate de convalidación del Real Decreto-Ley 2/1983. Gabriel Camuñas, portavoz del mencionado grupo, expuso que el acuerdo de la Junta de Portavoces del pasado día 1 -"la voluntad de la Cámara de que se efectúe una transmisión íntegra"- implicaba una emisión en directo del debate. Argumentó que así se desprende del deseo expresado por todos los portavoces de los grupos parlamentarios y por el representante del Gobierno, Virgilio Zapatero, secretario de Estado para las relaciones con las Cortes.Los responsables de RT.VE optaron, prosiguió Camuñas, por transmitir el debate "con nocturnidad", a partir de las doce de la noche, por la segunda cadena, con lo que las intervenciones de la oposición comenzaron a salir al aire a la 1.50 horas. Dijo que "hubo un que la opinión pública no tuviese conocimiento de las razones de la oposición". Y añadió Camuñas, entre risas y protestas de algunos diputados: "Esto nos lleva a pensar que se siguen tratamientos franquistas en la información, como en tiempos de Gabriel Arias Salgado".

Gabriel Camuñas abundó en consideraciones políticas sobre la gestión de RTVE que, en su opinión, es "la correa de transmisión del Gobierno y de las iniciativas políticas del Grupo Socialista".

Anunció que su grupo formulará en breve una interpelación al Gobierno sobre, entre otras cosas, la gestión económica, pluses y producción, y concluyó con esta afirmación: "Quiero decirle con el máximo cariño que sigue siendo el mayor enemigo de los trabajadores y de los profesionales y de todos los telespectadores, porque no se puede soportar más esta gubernamentalización".

Pedro Bofill, portavoz del Grupo Socialista, intervino para que, constase en acta su protesta "por los insultos dirigidos al director general".

José María Calviño dijo, en primer lugar, que la comunicación del acuerdo de la Junta de Portavoces le llegó por teléfono el mismo día del debate, y que el acuerdo se refería exclusivamente a una "transmisión íntegra". Recordó que en ocasiones anteriores sólo se transmitieron en directo debates de investidura y mociones de censura.

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"Estoy por una democracia bien informada", dijo el director general, "pero no por una democracia televisada". Afirmó que, en caso de haber emitido eI debate en directo, TVE habría perdido 194 millones de pesetas por la publicidad contratada para aquellos dos días.

Añadió que Radio Nacional de España lo emitió en directo y que TVE dedicó al tema los días 1 y 2 ocho horas, veintisiete minutos y treinta segundos; 103 minutos se emitieron por la primera cadena y en hora de máxima audiencia, incluida la intervención de Miguel Herrero de Miñón. Señaló que TVE dedicó el doble de tiempo a este debate que el concedido por su predecesor, Carlos Robles Piquer, al del síndrome tóxico. "Hay que tener cierto cuidado", prosiguió Calviño, "con debates que pueden resultar abstrusos para nuestros conciudadanos".

El comunista Fernando Pérez Royo criticó aCalviño por tomar una decisión sin consultar al Consejo de Administración de RTVE y el centrista Gabriel Cisneros le reprochó "descortesía" e "insinceridad" por no seguir los deseos de todos los grúpos en la Junta de Portavoces. Trías de Bes, por la Minoría Catalana, le expresó su inquietud por la eventual disminución de información parlamentaria en TVE; Calviño le aseguró que acercará, con medios más adecuados, el Parlamento a la calle.

El portavoz socialista consideró que el acta de la Junta de Portavoces era clara respecto al deseo de que la transmisión fuese íntegra, y que este vocablo no es sinónimo, de directo. Expresó su "desánimo porque esta Cámara no acaba de tener la oposición que el Gobierno se merece", y afirmó que, de haberse emitido en directo, "quizá hubiéramos transgredido la salud mental de los jóvenes y los niños. Convendrán en que no es conveniente para nuestros jóvenes que estén sometidos a transmisiones de terror como la intervención del portavoz del grupo de la oposición". Camuñas contestó: "No nos preocupa que el Gobierno nos juzgue como mala oposición, porque hubo antes una peor oposición que ahora está en el Gobierno".

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