Los socialistas ante el sector electrónico
Desde unos años atrás, el sector de electrónica ha experimentado un notorio protiigonismo, debido, fundamentalmente, al gran carácter estratégico que posee en amplios sectores sociales y económicos de la vida de cualquier país. La barrera existente entre los países industrializados de aquellos que no lo están ha pasado a situarse entre los países tecnológicamente avanzados y los que no. Nosotros somos conscientes del imprescíndible papel que desempeña en una economía moderna la íncorporación de a vances l:ecnológicos, siendo un hecho inciiestionable que, si se desea ser competitivo y a la larga producir cualquier bien o servicío, no podemos olvidarnos de la electrónica, la informática y las telecornunicaciones.Con esto no sólo expresamos nuestra conciencia ante este hecho irreversible, sino que nos alertamos ante el reto que directaniente se nos impone con esta nueva revolución electrónica, y, conscientes de ello, queremos, con carácter preferente, ejercer un control público sobre la evolución de este proceso para que los propios poderes públicos garanticen la defensa de los ciudadanos ante cualquier agresión proveniente de un uso ilegítimo de los medios electrónicos existentes.
La mención a la defensa de los ciudadanos emana directamente del contenido de la propia Constitución, aun cuando, sin entrar en futurismos espectaculares, hay que pensar en las barreras legales para evitar que la tecnología se vuelva contra el propio individuo, estableciendo oportunamente las limitaciones pertinentes en cada momento.
Este sector, que experimenta un crecimiento en sí mismo, pues por todos se encuentra catalogado como uno de los más claros sectores de futuro, atraviesa distintas vicisitudes en el aspecto del empleo, punto que no puede ser ignorado en ningún momento. El propio progreso tecnológico va no sólo a sustituir, sino incluso a erradicar definitivamente en algunos casos, empleos tradicionales en los procesos productívos convencionales. Es por esto que se debe crear el marco institucional adecuado, donde los diferentes agentes sociales intervengan activamente, tanto en lo referente a los ritmos de implantación de las propias tecnologías como en la mejora cualitativa y cuantitativa del propio puesto de trabajo.
Es evídente que la ímportante interrelación de las economías internacíonales exige un verdadero esfuerzo para no perder competitividad, pues, llegado este punto, la consecuencia inmediata es una pérdida de riqueza y, por supuesto, un efecto negativo en el empleo. En nuestro país es notablemente importante el déficit económico que en este sector poseemos, debido al escaso número de productos que se fabrican por parte de la industria nacional, pero es aún más preocupante el enorme déficit tecnológico con el que nos enfrentamos, lo que nos supone una dependencia exterior alarmante y de la que los socialistas somos plenamente conscientes, y donde volveremos nuestro esfuerzo para reducirlo a un nivel aceptable.
Debido al poderoso impulso que desde el sector público se debe establecer, consideramos, como medida que dará estabilidad al sector en su aspecto ofertante, el fijar la correspondiente planificación en las compras por parte del Estado, lo cual permitirá contar con una cartera de pedidos suficientemente estable para la industria local, lo cual favorecerá no sólo a su desarrollo, sino incluso al nacimiento de otras nuevas.
Por lo referido anteriormente, en nuestra falta de productos electrónicos fabricados en España somos conscientes de la necesidad de acordar con las empresas multinacionales del sector las condicíones que nos permitan obtener aquellas contrapartidas reales y viables que posibiliten el desarrollo tecnológico español, llevando estas condíciones de negociación con la suficiente firmeza y dignidad, muy diferentes de las hasta ahora realizadas por este y anteriores Gobiernos.
Coniplementariamente, la ayuda estatal será decidida y firme en la intensificación del esfuerzo que dediquemos a investigación, con el fin de asumir directamente el riesgo que comporta la aceleración del cambio tecnológico en sí mismo.
Además de fijar como meta la exportación de nuestros productos a aquellos mercados que conquistaremos en base a la propia innovación tecnológica que se debe introducir, pensamos que este sector posee unas características muy diferenciadas de otros, y es más nuestro afán en elevar nuestras cotas de exportación que en reducir las importaciones, aun cuando ésta es una aspiración que en ningún momento olvidamos.
Conscientes del camino por el que actualmente circula nuestro país en los mercados internacionales, el Partido Socialista Obrero Español desarrollará firmemente una política en esta área que nos permitirá sentar las bases a corto plazo si después de las próximas elecciones tenemos responsabilidad de gobernar, para que, a medio y largo plazo, España adquiera un puesto digno en el mercado internacional, pues nuestra acción prioritaria es elevar a la categoría de cuestión de Estado la verdadera problemática que actualmente circunda a este sector.
