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La catástrofe área de Málaga

49 muertos y 4 desaparecidos en el accidente del DC-10 en el aeropuerto de Málaga, según Spantax

Según la compañía Spantax, el balance de víctimas del accidente del DC-10 que se estrelló el lunes en el aeropuerto de Málaga asciende a 49 muertos y 4 desaparecidos. Sin embargo, el Gobierno Civil de la provincia asegura que son 50 los muertos y 13 las personas desparecidas. Se cree que 6 de los cadáveres están fundidos en el fuselaje del avión. Según algunas hipótesis, el comandante del aparato -que cuenta con 17.000 horas de vuelo- rectificó tarde la maniobra de despegue tras descubrir algún fallo, si bien él mismo asegura que "creo que he salvado a mucha gente"

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En una minuciosa operación de desescombro de los restos del aparato, ayer se hallaron las dos cajas negras del avión, que serán enviadas hoy a Madrid para interpretar sus datos y obtener las primeras conclusiones sobre las posibles causas del accidente. El Gobiemo Civil de Málaga facilitó a última hora de la tarde la cifra de 50 fallecidos y 13 personas en paradero desconocido, que no contrastaban con el minucioso chequeo hecho por Spantax. Después de veintiuna horas ininterrumpidas de trabajo, los miembros de la comisión de esta compañía aérea, desplazados a Málaga, ciudad en cuyo aeropuerto no tiene Spantax ninguna delegación establecida a pesar del importante número de viajeros que mueve, estaban en condiciones de establecer la identidad y la localización de 328 pasajeros y de diez tripulantes. El resto son hasta el momento las víctimas mortales del accidente.Doscientos catorce pasajeros fueron transportados a Nueva York en un vuelo de Iberia fletado por Spantax en la misma noche del lunes -vuelo que llegó sin novedad-, otros diez salieron ayer a la ciudad norteamericana, 21 lo hicieron a Madrid, uno fue localizado en Córdoba, dos frailes agustinos se encontraban en un colegio de esta orden religiosa en Málaga y el resto estaban alojados en dos hoteles de Torremolinos. Los de más, hasta 328 pasajeros, se encuentran internados en la residencia de la seguridad social Carlos Haya, excepto tres de ellos que lo están en la clínica de Santa Elena. Dos de los hospitalizados tienen quemaduras de hasta el 90% y su pronóstico es gravísimo; dos, tienen superficies quemadas al 50%, y fueron diagnosticados como muy graves. No se descarta el fallecimiento de alguna de estas personas en las próximas horas.

Mejoró la asistencia

La compañía Spantax, que mejoró durante el día de ayer su labor de asistencia y orientación a los familiares de las víctimas con respecto al día anterior -aunque muchos de ellos mostraron su disgusto y malestar por la lentitud de los trámites-, conocía ayer la identidad de los 338 supervivientes y no así los de las 56 víctimas. Esto está motivado, según explicó un directivo de la misma, por la precaución de que alguna de las personas podría figurar con nombres distintos al verdadero. Spantax no facilitará la lista de fauecidos hasta que sean identificadas una a una todas las víctimas.

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Los diez tripulantes supervivientes se trasladaron en la noche del lunes a Palma de Mallorca, lugar de residencia de todos ellos. El comandante Juan Pérez no había sido interrogado detenidamente por los miembros de la comisión oficial de la Subsecretaría de Aviación Civil ni por la comisión extraoficial de la McDonell Douglas, fabricante de los DC- 10, que se encuentra en Málaga.

Según controladores aéreos del aeropuerto malagueño y según pilotos consultados en esta ciudad andaluza, el comandante Pérez, que fue número dos de su promoción, que tiene 17.000 horas de vuelo y que lleva cinco años en la compañía, pudo haber actuado correctamente al optar por abortar el despegue del avión en el último segundo. Estas personas consideran que de esta forma se salvaron los 338 supervivientes, toda vez que de haberse elevado el avión del suelo el número de víctimas hubiera sido prácticamente el total de los ocupantes del avión siniestrado, dado el presumible carácter de la avería en uno de los motores

No obstante el secretario de la comisión de investigación, José Bellido, señaló ayer a EL PAIS que cualquier conclusión, por provisional que sea, es pura especulación, por cuanto las dos cajas negras -la fley recorder, que registra los datos de temperatura presión, velocidad, altitud, etcétera y la voice recorder, que registra la conversación mantenida en la cabina de mando- no han sido analizadas aun.

Lo que está fuera de toda duda, por la trayectoria recorrida por el avión, por las numerosas declaraciones de pasajeros y de testigos, es que el aparato levantó ligeramente el morro sin que sus ruedas traseras se elevaran. Esta cuestión, que explica por un lado que el avión se partiese en dos al recibir los impactos en su parte inferior hacia la mitad del fuselaje y que los tripulantes de la cabina de mando resultasen desos, pone de manifiesto que la decisión de abortar el despegue la tomó el comandante muy a última hora.

Al margen de que parece claro que se produjo un fallo en el avión, técnicos solventes mostraron su extrañeza de que la maniobra de abortar el despegue se produjese con tanta tardanza.

Se supo ayer que tanto el comandante como el segundo piloto y el mecánico de vuelo fueron agredidos por dos pasajeros norteamencanos inmediatamente después del accidente. Posterionnente lo fueron en otras dos ocasiones. El mecánico de vuelo sufre una lesión en una costilla.

También según fuentes de Spantax, el peso total del avión no influyó para nada en el accidente, ya que sobraron unos 14.000 kilos de carga. Un notable sentimiento de indignación flotaba ayer entre los pilotos de Spantax, de Aviaco y de Iberia contactados en Málaga por este periódico en lo que respecta a unas declaraciones atribuidas por un diario de Madrid al comandante de la nave, según las cuales éste advirtió sobre el accidente a sus compañeros de cabina con estos términos: "Nos estrellamos. No hay nada que hacer. Un motor está fallando".

El SEPLA, en desacuerdo con la nota oficial

El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas considera que la nota oficial sobre las causas del accidente publicada por la Subsecretaría de Aviación Civil es muy cenciente, ya que toma como dato incontrastable la versión de un testigo ocular y de la misma se deducen dudas acerca de la correcta actuación del piloto, según afirmó ayer el presidente del SEPLA, Diego Bononato.

Para los miembros del SEPLA presentes en la conferencia de Prensa concedida ayer para precisar las informaciones publicadas sobre el accidente, el avión DC-10 no es menos seguro que cualquier otro, aunque su nacimiento se viera ensombrecido por un accidente.

El presidente del SEPLA considera prematuro todo enjuiciamento de las causas del accidente en tanto no concluya la investigación del mismo.

Todos los miembros presentes del SEPLA insistieron en la tesis de que la causa de que se hubiera producido tan enorme número de víctimas estribó en la histeria colectiva que se apoderó del pasaje, particularmente de los viajeros que quisieron regresar al avión para recuperar sus enseres y que dificultaron enormemente la evacuación. Diego Bononato aseguró que tenían conocimiento, como prueba de dicho estado de histeria colectiva, de que un mecánico había resultado con varias costillas rotas como consecuencia de una patada de un pasajero, un auxiliar fue noqueado por otro viajero y una azafata recibió una pedrada de otro miembro del pasaje.

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