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Arnaldo Córdova, politicólogo mexicano: "La Historia sirve para interpretar el presente"

Juan Cruz

El historiador y politicólogo mexicano Arnaldo Córdova, profesor de la Universidad Autónoma de México, autor de varios libros sobre la revolución mexicana, ha estado unos días en Madrid, para asistir a un seminario internacional sobre la reforma política, organizado por el Instituto Español de Ciencias de la Educación. En el transcurso de su visita a España, el profesor Córdova hizo unas declaraciones a EL PAÍS, en las que analizó la convergencia que está produciendo en su país entre lo que es una historiografía rigurosa, científica, basada en los datos de los archivos, y la que se plantea el pasado como un objeto de análisis de la situación actual de los pueblos. Como politicólogo, esta última es su tendencia.Arnaldo Córdova es autor de un amplio estudio -quinientas páginas- sobre La ideología de la revolución mexicana, otro acerca de la formación del pensamiento político en México y un último libro sobre la política de masas de Lázaro Cárdenas, el presidente cuya solidaridad con los españoles que se exiliaron a raíz de la guerra civil ha hecho especialmente entrañable su memoria entre nosotros.

Según el profesor Córdova, Lázaro Cárdenas fue el político mexicano que de manera más audaz siguió los postulados de la revolución e impuso una serie de correctivos que contribuyeron a desarrollar programas que no se habían cumplido.

Con respecto a la política internacional, «quizá haya sido el presidente Cárdenas el presidente que mejor supo reivindicar y llevar a la práctica los principios políticos e intelectuales que produjo la revolución mexicana. Con Cárdenas adquirió un nuevo significado el respeto a la soberanía nacional de los Estados. Y en este aspecto tuvo especial relevancia su actitud con respecto a la República española, que defendió, condenando las agresiones que perpetraban entonces los regímenes fascistas en Europa, Asia y Africa. Mantuvo una posición internacional que entonces parecía imposible».

Esas fueron las bases sobre las que México construyó su independencia, a pesar de su juventud política. «Como Estado ya no puede decirse», señala el profesor Córdova, «que México sea joven, e incluso ya se habla del envejecimiento del régimen político que lo sustenta, una especie de democracia autoritaria. México ha parecido marear una línea en Latinoamérica, por la reforma y la revolución de que ha sido protagonista, y que han servido de fundamento para un sistema estable y duradero.»

La revolución mexicana modificó profundamente el país, «pero no resolvió los problemas de distribución de la riqueza, los de estructura de la economía, los de carácter social y, sobre todo, aquellos que tienen relación con los renglones de la educación, la alimentación, etcétera».

Los historiadores extranjeros, dice el profesor Córdova, «produjeron una historia pretendidamente objetiva de la revolución mexicana y de México posrevolucionario. En los años treinta, esos historiadores, especialmente norteamericanos, consideraron que México entraba en la era de la modernidad. Luego fueron consolidando una suerte de historia objetivista, que buscaba el dato y fijaba el hecho. Ese tipo de historia, que se ha seguido haciendo posteriormente, legitima la situación social que hay en el país, carece de espíritu valorativo e indica una absoluta falta de compromiso».

Los que participan de esa corriente histórica critican, precisamente, a Arnaldo Córdova, cuyas interpretaciones de la revolución mexicana tienen, según él, un carácter más valorativo que documental. «Yo no busqué en archivos para hacer mis libros. Mi libro sobre la revolución no era una historia, sino una valoración del pasado. No estoy en contra de los archivos, lo que ocurre es que no me resultan de utilidad, o por lo menos no me son tan útiles como lo serían para un historiador.»

La escuela historiográfica de la que participa el politicólogo Arnaldo Córdova contrasta con la que en su propio país opta por la investigación empírica, sobre un modelo anglosajón, y que tiene, según el profesor Córdova, «valiosos representantes». Ambas teorías, por otra parte, coexisten y se complementan. Particularmente interesante le parece a Arnaldo Córdova la aportación que hace a la historia de México el joven profesor Enrique Florezcano».

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