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El Gobierno suizo centra su política monetaria en el control de los cambios

La masa monetaria experimentó en Suiza un crecimiento sin precedente durante 1978, al aumentar en un 17% con respecto al año anterior. El objetivo inicial fijado por el Banco Nacional Suizo (BNS) estableció un límite de crecimiento de sólo un 5 %.El criterio inicial se vio flexibilizado, sin embargo, como consecuencia -según el BNS- de que el acento puesto en la política de la masa monetaria fue desplazado deliberadamente hacia una política cambiaria de defensa de las cotizaciones, dada la revaluación incesante del franco suizo.

Para el presente año, el BNS dio a conocer su criterio en el sentido de renunciar «a fijar un objetivo relativo al crecimiento de la masa monetaria y de seguir la política de cambios aplicada desde el último mes de octubre», cuya meta principal es la de mantener la cotización del franco suizo por debajo de un cierto límite con respecto al marco alemán. Ese límite es de menos de ochenta francos suizos por cien marcos alemanes.

Las autoridades monetarias helvéticas se declaran «conscientes» de los riesgos que implica el crecimiento desmedido de la masa monetaria, señalando que no parece inminente la aparición de tendencias inflacionistas coyunturales, mientras que sostienen que «la distorsión en el dominio de los cambios influye más; directa y peligrosamente sobre el empleo».

Según los expertos de la Escuela Politécnica de Zurich, cuyas previsiones son discutidas por trabajadores y empresarios, el crecimiento del Producto Nacional Bruto en 1979 será de 1 %, el alza de los Precios del 2% y el aumento de salarios del 3%. El desempleo -según está misma fuente- afectará a 20.000 personas, lo que representa menos del 1 % de la población activa.

En 1978 la inflación fue del 1%, pero los conflictos por razones de condiciones de trabajo, en general, y desempleo se acentuaron de forma sin precedentes en las últimas dos décadas.

La preocupación del Gobierno helvético radica en obtener, valiéndose de medidas internas, la devaluación del franco suizo y una cierta estabilidad de la moneda suiza con respecto al resto de las denominadas monedas fuertes.

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